Su libro nos avisa de lo que va a pasar. Hemos pasado esta crisis un poco en falso, y en falso quiere decir que si antes teníamos una burbuja inmobiliaria, ahora tenemos una burbuja de deuda pública ¿Dónde nos puede llevar?
Creo que es importante identificar los riesgos de las burbujas para que no nos lleven a una crisis sistémica. El gran error de la crisis inmobiliaria fue que algo que se podía haber contenido se convirtió en algo sistémico. Primero por negarlo, y segundo por doblar la apuesta por lo que popularmente hemos denominado el ladrillo.
La idea de este libro es precisamente alertar sobre esta burbuja. En este momento tenemos más de ocho billones de dólares en bonos con rentabilidad negativa en el mercado. La inmensa mayoría son bonos soberanos. Éstos están fundamentalmente en planes de pensiones, en los ahorros de la mayoría de la gente. ¿Y qué es lo que ocurre?
Pues que a medida que va aumentando un poco la inflación se pueden generar enormes pérdidas nominales y reales. Nominales en el sentido de antes y después de considerar el efecto de la inflación. Hay que hablar de ese riesgo para que no se convierta en algo sistémico que genere una crisis mayor, como ya ocurrió con el tema inmobiliario.
En los distintos apartados del libro habla del ‘Bombero pirómano’. En este caso son los grandes bancos centrales y los gobiernos que están cometiendo los mismos errores ¿Con más ganas aún?
No nos olvidemos que a la crisis llegamos precisamente porque los bancos centrales bajaron los tipos de interés de manera agresiva, incentivaron la enorme toma de riesgo, etc. Por eso digo lo del ‘Bombero pirómano’, que se presenta a sí mismo como la solución de un problema creado por sus propias políticas.
Con la deuda pública que tiene España ¿Qué sucedería si la prima de riesgo subiera, cómo financiaríamos todo este supuesto Estado de Derecho?
En el libro no sólo hablo del riesgo, sino de soluciones. Nosotros no podemos decir que «como los tipos de interés estaban bajos», que es algo que se está escuchando en el debate político en muchas ocasiones, «lo que hay que hacer es reducir el déficit y aumentar mucho más la deuda y gastar mucho más».
Lo que tenemos que hacer es, precisamente sabiendo que los tipos están bajos, mayores reformas estructurales. El propio Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), lo repite constantemente; además de que si lo que queremos es financiar el Estado del Bienestar lo que tenemos que hacer es hacerlo sostenible.
España tuvo una prima de riesgo muy baja, inferior de hecho a la de Alemania, ya hace unos cuantos años. Nos hemos olvidado porque vino la crisis, pero la teníamos y podemos continuar teniendo la prima de riesgo baja si lo que no hacemos es la política de la ‘cigarra’, que es la de no aprovechar una época en la que los tipos son bajos y hay alta liquidez para solucionar nuestros problemas.
También se habla en La Gran Trampa de ese parón repentino de las economías emergentes, como Brasil, que se ha parado en seco e incluso ha llegado a la recesión ¿Por qué ha sucedido esto?
Por acostumbrarse al gas de la risa y a vivir bien. Fíjate qué curioso que la propia expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, alertó de lo que ella llamaba el ‘tsunami monetario’, esa enorme cantidad de dinero, aparentemente gratis que está entrando en la economía brasileña, y que se estaba gastando de manera alegre.
Lo que le ocurrió a muchos países emergentes es que cayeron en la gran trampa. Es decir, les entró una enorme liquidez y en vez de utilizar ese periodo para reducir los desequilibrios estructurales, lo que hicieron fue meterse en enormes obras y enormes gastos.
Otro concepto de La Gran Trampa es el de ‘Economías zombies’ ¿Qué significa dicho término?
Es una economía que se mantiene viva a través de refinanciar y aumentar el endeudamiento, pero que no es capaz de salir, no es capaz de empezar a salir de su agujero. Una empresa zombie, técnicamente, es una empresa que no cubre el coste de intereses de la deuda con sus beneficios operativos. Es decir: «corre para estarse quieta». Hay muchos ‘estados zombies’. Grecia es claramente un estado que tiene claros síntomas de ser un ‘estado zombie’, aunque puede salir. El problema es cuando las economías, o las empresas, en vez de encontrar la forma de salir del problema se aprovechan del mismo para simplemente perpetuar esos enormes desequilibrios que comentábamos.
La economía catalana ¿Sería un ‘zombie de romeo’?
Creo que el problema de la Generalitat es que ha tomado un poco la posición más bien de decir ‘bueno, pues nosotros negamos la evidencia de los riesgos económicos y nos planteamos una especie de paraíso terrenal’; desafortunadamente, no existe, por lo que no lo encuentran.
De los impuestos que se recaudan en Cataluña, más del 85% revierte indirectamente en Cataluña y los gestiona directamente la Generalitat. Pero además España es el país más descentralizado de toda la OCDE y además tenemos esa idea, completamente falsa, de que los impuestos los pagan los territorios. Los impuestos los pagan las personas y al igual que hay una persona que paga más impuestos porque gana más, hay una serie de personas que están en un colectivo que pagan más impuestos porque tienen mayores recursos.
Si nosotros llevamos el argumento independentista a cualquier otro lugar diríamos que los alemanes están financiando nuestra locura y que se deberían separar del resto de Europa.
Habla del desplome de las materias primas, que lógicamente hay una cobertura que las recoge ¿Es lo que ha sucedido en venezuela?
En este mismo momento, la inflación acumulada en Venezuela en lo que va de año se estima que está en el 2.000%. el problema de Venezuela fue muy sencillo y lo explico en el libro: el Gobierno de Chavez llega al poder y en los primeros 10 años, en la época supuestamente dorada de ese chavismo, el precio del petróleo se multiplica por diez. En ese periodo, el Gobierno despilfarra más de una España: 960.000 millones de dólares. Lo despilfarra en subvencionar a Cuba, regalar por un lado y por otro y todo tipo de locuras.
Hunde, por un lado, la seguridad jurídica y la capacidad de inversión y de diversificación de la economía; y por otro despilfarra el dinero por el petróleo. Ello genera un doble efecto brutal que en el instante en el que el precio del petróleo baja, la economía se destruye. Lo solucionan imprimiendo billetitos hasta el punto de que hoy, el equivalente a 50 céntimos de euros sería un paquete grande de billetes de bolívares.
