Según elsemanaldigital.com, apesar de que últimamente los Príncipes de Asturias tratan de transmitir una imagen de amor y unidad muy alejada de los rumores que se dispararon en verano con la "espantada mallorquina" de Doña Letizia, lo cierto es que tampoco está a salvo de las broncas maritales.
Sin ir más lejos, según informa Sara de Diego, hace unos días la liaron parda en plena calle en una urbanización cercana al a exclusiva Urbalia Valdemarín de Somosaguas (en la que reside Zapatero, por ejemplo). Los Príncipes llegaban en coche para asistir a una fiesta en casa de un amigo de Don Felipe y al bajar del vehículo, Letizia discutía con su esposo en tono alto y gesticulando con las manos.
Claro, el silencio de la noche tampoco ayudó mucho a amortiguar el ruido de la discusión y el enfado principesco fue percibido claramente por los vecinos colindantes que aseguran que Don Felipe no respondió al chaparrón que le estaba cayendo. Eso sí, la discusión se cortó abruptamente al llegar a la puerta de la casa. Hay que guardar las formas…
Cabe recordar que la fuerte personalidad de Letizia le ha costado más de un disgusto durante todos estos años. Se comenta que, desde un principio, no ha conectado demasiado bien con las amistades de su marido y tal vez no le apetecía demasiado la fiesta de esa noche.
En cualquier caso este no es el primer "pronto" que trasciende de la Princesa, que ya dejó claro su carácter aquel 6 de noviembre de 2003 cuando, durante la petición de mano en el palacio de El Pardo de Madrid, sorprendió a todos cuando silenció a Don Felipe con "Ay, déjame terminar" cuando explicaba ante los medios que la boda le obligaba a poner "punto y aparte" a su carrera.
También durante un acto en 2008 le dijo a Don Felipe "¡Hijo, estás sordo, la verdad!" y tres años después, los reporteros fueron testigos de su impaciencia cuandole espetó "¡Si te paras con cualquiera no vamos a acabar nunca!", durante una visita oficial a La Coruña.
Más recientemente, en marzo pasado interrumpió una conversación del príncipe con unos cardenales en la recepción previa a la entronización del Papa Francisco diciéndole: "Esto se está acabando, que nos echan. Nos vamos ya".
