Maria del Carmen llevaba esperando cerca de una hora mientras operaban a su hija Bárbara de la pierna derecha, donde tenía un osteocondroma, un tumor óseo benigno. Cuando apareció el médico, no tenían noticias sobre si la operación había salido bien o mal. "Había un pequeño problema, le habían abierto la pierna que no es", recuerda la madre.
Tal y como adelantó ’20 Minutos’, más tarde, Bárbara se despertó, sólo recordaba que había estado llorando mientras dormía, sentía "mucho dolor en las piernas y dificultades para respirar". Una vez en la habitación, se dio cuenta de que tenía dos apósitos: uno en cada pierna. Al descubrirlo y ver que tenía dos "rajas", se puso a "llorar otra vez, de la impresión".
Finalmente, su madre le explicó que se habían equivocado de pierna, pero habían rectificado enseguida, operándole la pierna correcta, la derecha. 15 días después, la extremidad que tenía el tumor, está bien. "Sin embargo, la otra, esa no puedo hacer nada", describe Bárbara, de 17 años, con dificultades ahora para subir escaleras al hacer esfuerzo con la rodilla izquierda, visiblemente más inflamada.
Mientras duraban ambas operaciones en el hospital madrileño Fundación de Alcorcón, los padres habían tratado de mantener la tranquilidad, a pesar de la evidente equivocación, puesto que el mismo médico todavía tenía que seguir operándola y no querían añadir más tensión.
Según la versión de la familia, tras la primera operación fallida el médico se justificó en que los informes estaban mal. Cándido, el padre de Bárbara, recuerda que le preguntó al médico "qué habría pasado si le hubieran tenido que amputar la pierna". "Ya lo hubiéramos mirado", recibió como respuesta.
Sin embargo, después de la segunda operación, esta vez en la pierna correcta, el padre rememora que el médico se justificó de otra forma. Argumentaba que los osteocondromas suelen ser bilaterales, por lo que tenían que abrir la pierna izquierda también.
Lo cierto es que en el informe de alta se culpa a la madre y a Bárbara del error, puesto que en el interrogatorio prequirúrgico le habían indicado que la pierna a operar es la izquierda. Extremo que madre e hija niegan. "Nos preguntó, yo me quedé callada y ella –Bárbara– contestó que la derecha", asegura María del Carmen, que apunta que, aunque fuera cierto, su hija estaba bajo los efectos de un relajante y el facultativo tenía los "informes encima de la cama".
