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El juez Yusty puede retrasar los planes del Gobierno para exhumar a Franco

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El Supremo ha despejado el principal escollo para exhumar porque considera que la obra para levantar la losa no necesita licencia municipal al haber sido acordada por el Gobierno, lo que deja en evidencia la tesis del juez de Madrid que paraliza la licencia. Pero fuentes jurídicas han informado a EFE que la alusión directa del alto tribunal al titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Madrid en la sentencia que desestima el recurso de lo nietos de Franco no salva con carácter inmediato la cuestión de la ejecución de la exhumación.

Y lo que es mas importarte, mientras esté en vigor la medida cautelarísima del juez, el Gobierno tiene las manos atadas. Cierto es que el Supremo ha resuelto técnicamente el fondo del objeto del procedimiento de Yusty al abordar esta cuestión, pero sin ordenarle nada al magistrado, quien es competente e independiente para resolver el asunto de la licencia. Tanto es así que fuentes jurídicas afirman a EFE que pese al pronunciamiento del Supremo, el procedimiento está vivo.

Por el momento, el magistrado ha dado el paso ya de solicitar a la secretaría del alto tribunal que le remita copia certificada de la sentencia, ya que al juez no le vale enterarse por la prensa para decidir en qué medida le afecta esta resolución. Todo ha de realizarse por canales reglamentarios y oficiales. Una vez reciba la resolución, el juez tiene la intención de estudiarla en profundidad para ver en qué afecta a su procedimiento antes de dar traslado a las partes, que son un particular próximo al entorno de los Franco y la Abogacía del Estado. El juez les concederá un plazo de 10 días laborables para que respondan.

Ya con ello, a Yusty se le abren dos escenarios: dictar un auto de archivo por pérdida sobrevenida del objeto del procedimiento o continuar adelante con la causa y fijar para ello la vista de medidas cautelares que, antes de conocerse la sentencia, tenía previsto celebrar a mediado de este mes. Sea como fuere, el aval del juez se antoja indispensable para que el Gobierno actúe cuanto antes, pues de lo contrario estaría pasando por encima del magistrado y actuando de manera unilateral, lo que podría complicar las cosas en caso de que el magistrado solicitara amparo al Consejo General del Poder Judicial, explican las fuentes.

Ahora bien, las fuentes no contemplan este escenario ya que la causa del magistrado está abocada a decaer, otra cosa es el tiempo que tarde en cerrar el asunto y los plazos que agote para ello. Mientras tanto corre el tiempo hacia las elecciones del 10 de noviembre, cuando el Gobierno ya ha dejado claro que quiere exhumar a Franco cuanto antes para alejarlo de la campaña electoral.

Lo que ocurre es que pueden pasar entre dos y tres semanas hasta que el juez se pronuncie y si lo hace por continuar hacia una vista de cautelares, la causa se dilatará e irá más allá de los comicios. Y todo eso sucede cuando el caso tiene ya poco recorrido habiendo el Supremo sido tan claro y rotundo, es decir, que si el juez no atiende la tesis de los magistrados del alto tribunal podría incluso, según precisan otras fuentes consultadas, incurrir en una prevaricación, dado que estaría manteniendo una cautelar a sabiendas de que no es necesaria esa licencia.

El Supremo fue muy claro al respecto: «la obra no necesita licencia municipal al ser acordada por el Consejo de Ministros». Para los magistrados, «no se infringe la legalidad urbanística porque no es una obra mayor» lo que supone la exhumación según el proyecto de Patrimonio Nacional, «ni contradice la normas subsidiarias del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial», que informó favorablemente desde el punto de vista urbanístico a llevar a cabo la actuación técnica del levantamiento de la losa.

Yusty se amparó en que la exhumación es «algo complicado, difícil de manejar y, por tanto, peligroso» ya que existe un «riesgo evidente» para los operarios, sin olvidar que el movimiento de la losa «puede desestabilizar el conjunto». Pero los magistrados del Supremo le dejan en evidencia cuando explican que «al fin y al cabo, se trata de levantar una losa, extraer los restos y reponer el solado original, revirtiendo así el pavimento de la Basílica a su estado anterior a 1975». (Rafael Martínez//EFE)

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