En estos debates se ha constatado, como importante conclusión, que es necesario un marco normativo regulador de las mal llamadas empresas colaborativas que basan su actividad en la competencia mediante, entre otros factores, la degradación de las condiciones laborales, salarios y los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
Se están produciendo importantes y profundos cambios en el mercado de trabajo con la creación de estas plataformas digitales que, usando las nuevas tecnologías, intercambian bienes y servicios pero que, como están sentenciando los tribunales, recurren al fraude y la explotación de los trabajadores. “El Sindicato no está en contra de las nuevas tecnologías que consideramos que pueden ser un buen instrumento para mejorar la calidad de vida y la calidad de las condiciones de trabajo. Sí estamos en contra de su utilización como instrumentos de explotación, que es lo que está ocurriendo”.
UGT ha puesto en marcha distintas medidas para proteger a estos trabajadores, organizarlos, conciliar sus intereses individuales y colectivos, con campañas de información y concienciación social de esta realidad con el fin de poner freno a unas plataformas que, utilizando la etiqueta de la modernidad, compiten en el mercado de manera desleal para obtener mayores beneficios mediante el dumping social y la explotación laboral. “Desde UGT consideramos que, frente a este modelo depredador, se tienen que establecer los parámetros, el marco normativo, capaz de salvaguardar los derechos de las personas en su calidad de trabajador, ciudadano y consumidor”.