Te tenemos este viernes en Café Berlín ¿Ya habías tenido algún bolo en la capital?
He pasado por algún festival de cantautor, pero no he intentado llevar el ritmo musical en la capital. Vi la oportunidad en Galicia y no me ha ido mal. Tengo todo en Galicia, pero un músico necesita salir. He estado muchas veces en la Casa de Galicia, donde he hecho presentaciones de mis discos; también estuve en Galileo y Clamores. Siempre he ido a contracorriente de todas maneras. Entre 2004 y 2006 recibí premios de cantautor, lo que me sirvió de trampolín para llegar a la capital, pero me centré más en Galicia. Le echo la culpa a cómo empecé a trabajar, pero necesito contar mi música y letras a toda la gente para que entienda mi universo.
¿Es ese el enfoque que tendrá en el concierto del viernes?¿Te servirá para presentar el disco Duetos?
Voy a tocar casi todos los temas del disco de Duetos. Hay algunos que ya estaban en anteriores discos y es una ocasión para seguir cantándolos. Quiero presentar a un gallego cantautor subido al escenario con gente del oficio, aunque no sólo un cantautor buscando los nombres y la fama, sino un cantautor con gente que he seguido y admiro. Así fue cómo surgió Duetos. Así logramos unas pistas interesantes y en una tesitura diferente para los propios artistas que me han acompañado.
Compartes protagonismo con grandes figuras del género ¿Cómo es compartir micrófono con artistas como Víctor Manuel, Pablo Milanés o Mercedes Ferrer?¿Qué se intercambia?
Cuando empecé con la idea del disco, el primero que me vino a la mente fue Víctor Manuel; asimismo, fue el primero que me dijo que sí. Yo pensé entonces ‘¡No puede ser!’. Así empezó todo. He coincidido con muchos artistas, pero compartir un disco y el momento de grabación -que es lo más crudo, directo y natural- va por delante.
Has cumplido tu mayoría de edad, desde que empezaste con las orquestas ¿Cómo has evolucionado?¿Cómo te has desarrollado en un género tan íntimo como el cantautoril?¿Qué palos y suspiros has tenido que aguantar?
Me preguntan cuántos años y entré con siete años. Ese fue el fundamento de toda mi vida. Miro para atrás y veo la orquesta. Luego vinieron los discos y ha sido una evolución constante y continua, muy despacito, pero coherente con una obra completa, con mejor o peor producción. Siempre he intentado plasmar lo que siento y la forma de ver la música, porque soy muy eclético. Cada vez lo tengo más claro: mi música cada vez más sencilla. En Duetos me encargué prácticamente de todo, con una base sencilla, aunque luego vinieron más sonidos. Lo que importaba es que las voces fuesen lo primero.
En España parece que uno no es profeta en su tierra, quizá los gallegos son una excepción
Es fundamental. Me gustaría que la gente en España conociese más lo que hacemos en nuestras tierras. No hay nada malo en ello. Las canciones son grandes y están ahí para que captemos todo. Siempre me puse la etiqueta de cantautor, porque mi vida es mi guitarra, piano y mi voz. He tocado muchos palos y he sido hábil a la hora de buscar proyectos y buscar cosas atractivas para el ámbito privado y para el público. Intento desenvolverme de la mejor forma posible, apoyándome también en la literatura. Te das cuenta de todo lo que se ha hecho en los siglos, lo puro que es y te anima a indagar. Me siento cómodo en lo intimista.
Después de Duetos ¿Qué proyectos tienes en mente?
Tarde tres años en tenerlo en marcha. En ese tiempo saque dos discos y al mismo tiempo he estado componiendo. He tenido 20 conciertos en Navidad y no he parado. Por otro lado he trabajado con Anxela García en un disco poemario, un libro CD. Soy muy inquieto en ese sentido e intento dedicar todo a la música. A mí me interesan todas las cosas que me mantengan vivo en la música, aunque no tengan nada que ver unas con otras.
