“No importa si ganas o pierdes, sino lo que haces con tus zapatos de baile”. Esa es la filosofía que marcó a toda una generación de jóvenes americanos, y traspasó fronteras gracias a una película inolvidable de finales de los 70: Grease. Desde entonces, ha llovido mucho, pero 30 años después, la brillantina sigue cosechando éxitos. Eso lo sabe bien el equipo técnico y artístico que, desde el pasado 30 de septiembre, transporta al público a esos años de chicos duros y niñas pijas en Grease, el musical de tu vida.
El Treatro Nuevo Alcalá es el nuevo instituto Rydell, que cada noche abre sus puertas a público y actores. Un amplio elenco, este último, encabezado por Edurne, en el papel de Sandy -muy fiel al estilo Sandra Dee que inspiró el personaje-, Carlos Solano (Danny) -el perfecto chico duro enamorado- y Elena Gadel (Rizzo) -una mujer fuera de todo convencionalismo-.
Éxito sin precedentes
Se trata de un musical de gran formato que apuesta por la calidad, la espectacularidad y una banda sonora plagada de éxitos que se han convertido en clásicos y suenan en directo (“Summer Nights”, “You´re the one that I want”, Hoplessly Devoloted to you”, etc.) Lo avalan dos temporadas de éxito en el Teatre Victòria de Barcelona, donde batió todos los récords, sumando 600.000 espectadores. Factores que han contribuido a que Grease haya sido nominado a los premios Max de las Artes Escénicas y el Espectáculo 2008, en la categoría de Mejor Espectáculo de Teatro Musical. Además, el montaje cuenta con una dirección de lujo: Ricard Reguant en la artística, Coco Comin, como directora de coreografía y Manu Guix, al frente de la dirección musical de la obra. Tres nombres que se han unido para crear un espectáculo realmente completo.
