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«Nuestra zarzuela es más reconocible para el espectador de hoy día, sin que parezca antigua»

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Durante los meses de julio y agosto, la Compañía Lírica Ibérica trae a la capital varias ofertas culturales de zarzuela, un género muy castizo pero que adolece de ciertos prejuicios. Habéis elegido la zarzuela con el objetivo de romper ciertas barreras ¿Cómo prevéis alcanzar dicho objetivo?

Nosotros presentamos una zarzuela un poco diferente. Estamos rodeados de un equipo muy joven , con grandes voces, que aman y han estudiado este género desde sus inicios. Hay gente formada en la escuela de canto, en la escuela de Teresa Berganza… son alumnos aventajados o que han salido con el título recientemente.

De esta manera colocamos a esas jóvenes promesas en España, ya que desafortunadamente nuestros cantantes suelen hacer carrera en el extranjero, con todos los problemas que ello conlleva. Además, está la cercanía que en los últimos 10 años ha experimentado el género con el público más joven, haciendo que la gente de menor acuda a ver este tipo de espectáculos al teatro, contribuyendo a que deje de ser un espectáculo únicamente dirigido para gente culta o formada. Así vuelve a ser un género popular.

 

¿Le falta márketing al género de la zarzuela? Muchas veces lo que le falta al público es dar ese paso para acudir a una oferta cultural de este tipo, a pesar de que la calidad técnica es impresionante ¿Cómo vais a conjugar esa innovación con los textos clásicos?

Esperemos que eso sea así. Vamos a hacer una campaña con unas estéticas bastante rejuvenecidas, aunque no hay que rejuvenecer nada. No se puede rejuvenecer a Beethoven o Mozart. Se trata de transmitir para que todo el público venga a los espectáculos musicales. Nosotros pretendemos que sea más reconocible para el espectador de hoy día y que no parezca que hay algo añejo o antiguo, que es lo que nos quieren meter.

Todas las zarzuelas van a ser revisadas. Van a tener una estética clásica, pero con un punto de vista moderno. Por ejemplo, en ‘La Revoltosa’ se parte de 2019, con las problemáticas de las viejas corralas, las okupaciones, una canción dedicada a Carmena o al que vaya ahora. Es de rabiosa actualidad.

Luego está ‘El Bateo’, una zarzuela de revolucionarios. Lo hemos trasladado a los primeros días de la Segunda República: queríamos incluir un personaje importante de la época, como Antonio Machado. Las cosas se tienen que hacer con sentido y en este caso se nos presenta un  Antonio Machado que estaba en el Teatro Reina Victoria de Madrid a una semana de presentar ‘La prima Fernanda’ en los primeros días de la República; entonces decidimos hacer una versión en la que por medio de Antonio Machado nos relatan aquellos primeros días convulsos de la República española, dentro de esa obra con corte reivindicativo.

Todas las zarzuelas que llevamos tienen unos prólogos con puntos de vista diferentes que van a hacer que la gente se interese por este género que amamos nosotros, en el que creemos que se puede hacer cosas diferentes.

 

Argelia Camino, vicepresidenta de Amigos Canarios de la Zarzuela, llegó a decir que si se sacaba un musical que se llama Las Leandras estará años poniéndose en Madrid; sin embargo, Las Leandras es una zarzuela que han sacado con el nombre de musical

La zarzuela es un musical, ni más ni menos. Quizá el rollo de la zarzuela es que ha habido un determinado momento político en este país, en la Transición, en la que se quiso cortar con todo lo que había de antes. En este sentido se habló de la zarzuela como algo del régimen, siendo una cultura mucho anterior al nacimiento del que llevó el régimen. Se ha denostado; se ha impedido desde los órganos públicos apoyar la zarzuela. Ha costado mantenerlo, ya que nunca ha tenido apoyo.

Esto no es algo del régimen, es música. Ha habido varias generaciones desde la Transición hasta nuestros días que ve con ojos nuevos y deja de tener las referencias de sus padres y abuelos para dar pasos sin prejuicios e imposición. Estamos en un proceso creativo con cantidad de gente joven con verdadera devoción hacia la zarzuela, con jóvenes directores.

Es más, en Alemania ponen la zarzuela para aprender, lo están poniendo como ejemplo en medio mundo, pero aquí, los malentendidos políticos de todos los colores querían dejar este mundo de la cultura dentro de algo lesivo, nada más lejano de la realidad. La gente de hoy día escucha zarzuela, consume zarzuela, música urbana, y otro tipo de música en la que quizá sí que haya dar cabida y hacer mestizajes.

No te voy a decir zarzuela de rap, quien quiera que lo haga… Pero las zarzuelas que se puedan actualizar, haciéndolas con respeto, nadie se sentirá ofendido.

 

El dinamismo es intrínseco al género de la zarzuela, pero ¿Hasta qué punto se puede adaptar la obra sin que genere controversia como en escenificaciones que recientemente han visto la luz?

No nos va a pasar como en el Teatro de la Zarzuela. La apuesta tiene un porte. Tuve la suerte de trabajar con un director que hizo una versión maravillosa del Tenorio. Siempre me ha gustado beber de las fuentes de la sabiduría y preguntaba por qué hacía determinadas cosas. Yo entonces pensé que se podían hacer versiones de todo, pero no por versionar y hacer algo diferente.

Se debe tener algún contenido en el cual el espectador se vea reflejado. Lo contrario, no le interesa ni a los puristas ni a otro tipo de gente, sólo a unos cuantos excéntricos que verán algo diferente. Sin embargo, como dirían los hermanos Tintero ‘El arte es aunar a cuanta más gente mejor’, no hacer una cosa solo para unos cuantos -en el que también hay géneros que pueden ir por esos derroteros-. Yo creo que cuantas más almas se aúnen, más acertados y certeros estaremos.

 

Entiendo que no está de acuerdo con lo que se hizo de ‘Doña Francisquita’

La francisquita’ me pareció acertada en el plano técnico: oyes a los cantantes, la orquesta e incluso a Gonzalo Castro que estaba luchando contra la gente que no le gustaba.Te vas a ver una zarzuela y el director decide quitar el texto porque considera que es para mear y no echar gota; el público, que paga 42 euros para verlo en un teatro nacional sin avisarle siquiera de que es una escenificación diferente de la zarzuela de la cual utilizan el nombre, obviamente se siente engañado.

A mí me gusta verlo todo y leo entre líneas. Yo fui a ver ‘Doña Francisquita’ y saco mi lectura, y dio que no fue a lo mejor muy acertada. Hasta ahí llego. Se ha hecho una versión porque sí, y eso no puede ser. Se pueden hacer muchas cosas. Puedes decir ‘La Paca’ y hacer una versión de ‘Doña Francisquita’ y hacer lo que te dé la gana, pero si se está llamando ‘Doña Francisquita’, ésta ya tiene un libreto y una música que en la medida de lo posible debes respetar.

Un buen acierto fue la de ‘El Barberillo de Lavapiés’, con una apuesta innovadora. Me quedé prendado. Mayor acierto no se puede tener, con una escena innovadora, ni se veía el prado del Pardo ni se veía absolutamente nada más que paneles que se movían perfectamente, con una iluminación espectacular, y con un contenido… Por ahí sí van las cosas. Se había buscado una solución de modernidad, con planos bien trabajados.

 

¿Cómo ha sido ese equilibrio del que hablas para llevar al Reina Victoria vuestras propuestas de zarzuela?

Nosotros hemos unido en un nexo toda la temporada de la corrala del Reina Victoria. Hemos querido recuperar ese ambiente de corrala de Madrid, como en Lavapiés. Sabían que era un espacio reservado para espectáculos jóvenes, de veranos, donde la gente simplemente por el hecho de estar les recordaba lo estival de la época, eso queremos recobrar.

Hemos aunado una serie de títulos que vamos a ambientar dentro de ese mundo de la corrala, tan típica de Madrid, que nos han contado, que nos han dicho. Es un espacio muy íntimo para Madrid. Ese es el nexo de unión para un espectáculo cuyo público sabe que va a ser diferente; que puede ser conflictivo por unas determinadas representaciones… pero que al final saldrá diciendo que ‘esto me ha gustado’.

Mi maestro decía que ‘de teatro sabemos mucho pero del público ni dios’. Tenemos formas jóvenes, con nuevas energías, y con nuevas apuestas, dentro de apuestas clásicas. Lo quiero subrayar: el vestuario será de época, los escenarios de época, igual que la música y los textos. En el fondo hay una forma de tratar en el que ves el dinamismo joven en cada una de las partes que he citado.

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