‘Vampijazz’ tiene 30 años, es morena, no fuma y bebe solo en ocasiones. Este es el perfil en Internet del personaje que encarna la actriz salmantina, Azucena Alonso, en la obra ‘Love that jazz‘ que se representa los viernes y sábados de julio, a las 23:00 en el teatro Quevedo. El guion ha sido escrito por la propia intérprete, "se me ocurrió en el Café Arenal, su gerente me propuso hacer un monólogo subidito de tono para los conciertos de jazz del local", revela. Aquello derivó en lo que es el montaje, que fue representado hace dos años en la Sala Triángulo y ahora se presenta renovado bajo la dirección de Isabel Prinz.
Actriz y directora se conocen desde hace dos años y decidieron embarcarse en esta obra de teatro, "vi el video de cuando lo representó anteriormente y decidí incluir cosas que no estaban el texto original", revela Isabel. En ese trabajo se ha generado un monólogo en clave de comedia teatralizado, con escenografía minimalista y jazz en directo a cargo de Jesús Arnáiz, en el que la acción no se pierde en ningún momento. Los espectadores están invitados a participar, "se enciende la luz de la sala y la actriz en las improvisaciones es bárbara, porque mantener la energía durante más de una hora no es fácil", explica la directora. En ese trabajo de incorporar al público en la obra, Azucena confiesa mirar sobre todo desde los laterales de la sala, "todo el mundo suele agachar la mirada, me lo llevo a mi terreno y como van a pasarlo bien, se olvidan del sentido del ridículo", expone la intérprete.
Historias llevadas al extremo
Las historias que se relatan en ‘Love that jazz’ son llevadas al extremo, “casos prototípicos que conocemos”, define Azucena. De hecho ella se encargó de hacer una investigación de mercado e indagó en páginas de contactos en Internet. “Me quedé sorprendida, puede haber mucho inmaduro o desalmado que fantasea, la gente debería tener más cuidado”, advierte la actriz. En este sentido, en su perfil ponía fotos de los ensayos en el Café Arenal, se citaba allí con los chicos y para disfrutar de las dotes escénicas de la actriz, estaban obligados a pagar una entrada. Y sobre las tablas aparece ‘Vampijazz’, que habla sobre sexo de manera elegante, es atrevida, divertida e ingenua, “porque todos los ligues le salen ranas”, puntualiza la intérprete.
Azucena dejó Salamanca por Madrid debido a su carácter inquieto. Felizmente casada desde hace 20 años, desde los 4 era la payasa de la familia, en el colegio estaba en el coro y grupo de teatro. En su casa no aceptaron que quisiera ser actriz así que hizo Derecho. Después ya pudo estudiar cine y dramaturgia con algunos de los mejores como Sanchis Sinisterra, Magüi Mira o Juan Diego. Aunque a su madre le gustaría más que hiciera un Shakespeare, está encantada de verle disfrutar desempeñando su trabajo. Junto a Isabel Prinz, Azucena confiesa “haber vivido la práctica de la interpretación” y ahora hacer disfrutar al público con los mejores ingredientes, teatro y jazz, para las noches de verano en Madrid.
