Un acusado de matar a su hermano declara que le falló la mano con la que apretó el gatillo.
Un acusado de matar en marzo de 2018 a su hermano de un disparo accidental ha declarado que le falló la mano sin tener intención de apretar el gatillo. El procesado esgrimió en el juicio que tiempo atrás había recibido un machetazo en la mano con la que disparó por parte de unos pandilleros.
Euris Ariel se ha sentado en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Madrid por un delito de homicidio y por tenencia ilícita de armas. Se enfrenta a una petición fiscal de 22 años de cárcel al estar agravado el delito por la relación de parentesco que tenía con la víctima, su hermano pequeño; y por pertenencia a organización criminal por su relación con la banda latina de los Dominican Don’t Play (DDP), algo que niega.
«Me volví loco. Se me pasó por la cabeza tirarme por el balcón», ha relatado el joven sobre lo sucedido en su piso de Carabanchel. Asimismo, ha sostenido que pensaba que la escopeta no estaba cargada y al cogerla, le falló la mano y se disparó. El disparo alcanzó a su hermano en el pecho y le produjo un hemotórax derecho masivo por traumatismo torácico severo, provocando su muerte.
Según su relato, la noche anterior había estado con unos amigos celebrando un cumpleaños y uno de ellos le mostró la escopeta en una mochila, viendo que entonces no estaba cargada. El día después, esa misma persona llevó el arma a su casa y ocurrieron los hechos. Un testigo que ha comparecido ha relatado al tribunal que vio cómo el acusado y varias personas trataron de bajar al herido por las escaleras. Les comentó que no le movieran y llamó entonces a una ambulancia para que asistiera a la víctima, aún con vida.
Relato de lo sucedido
Los hechos se produjeron el 4 de marzo de 2018 cuando el acusado y su hermano se encontraban en el domicilio en el que residían junto a otros jóvenes; miembros activos de la banda Dominican Don’t Play. Actualmente, es una de las bandas latinas más activas en la región.
Sobre las 17:00 horas, en el salón del citado domicilio, se inició una discusión entre los dos hermanos, teniendo el acusado en su poder una escopeta de cañones recortados. Se encontraba a una distancia de alrededor de dos metros de su familiar. «Aceptando la posibilidad de acabar con su vida, disparó la escopeta cuando estaba apuntando a su hermano W. D. Amador Celestino». El disparo le impactó «en el pecho, en la zona del hemitórax derecho, provocándole un hemotórax derecho masivo por traumatismo torácico severo y destrucción de órganos vitales, que le produjo la muerte».
