Cataluña tiene por delante diez días críticos en los que se juega frenar la curva de los contagios o regresar a marzo y al confinamiento.
El nuevo secretario de la Agencia de Salud Pública, Josep Maria Argimón, dice sobre el confinamiento que “estamos igual que el pasado 20 de febrero, con la diferencia de que ahora tenemos más conocimientos del virus y los ciudadanos pueden tomar medidas para doblegar la curva”.
La situación es suficientemente “crítica”, según las autoritarias sanitarias, como para que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, compareciera bien pronto esta mañana para pedir a los ciudadanos un esfuerzo. “Estamos en los diez días más críticos del verano”. “Y si no somos capaces de corregir la situación, si no avanzamos, tendremos que retroceder”. “Nos va la vida en ello”, ha advertido.
En la comarca de Lleida, Barcelona y su área metropolitana existe transmisión comunitaria. Hasta ahora, se han tomado medidas dolorosas para contener los contagios. El ocio nocturno también ha cerrado y las reuniones de más de diez personas están prohibidas. El objetivo es “contener la evolución del virus, también en los territorios donde no se han dado brotes de esta intensidad”. Asimismo, Quim Torra no ha cerrado la puerta a la posibilidad de regresar a alguna de las tres fases del confinamiento de la población, decretadas durante el estado de alarma.
El presidente de la Generalitat ha avisado de que no le temblará el pulso si ha de tomar decisiones más drásticas. “No me doblegaré ante la presión de lobbies”, afirma. “No cederemos a ninguna presión”, ha insistido después de haber cerrado discotecas, salas de baile y de haber limitado los horarios de bares, casinos y salas de juego.
“No me resigno, no quiero volver a marzo, no quiere volver a tener 7.000 muertos sobre la mesa”, ha dicho Torra para concluir su intervención.
