El aumento de la presencia policial en el entorno de la Casa de Campo no parece haber reducido la escalada delictiva de los menas.
Hace una semana sucedía la fuerte agresión de unos menas a un hombre; que necesitó de hasta 12 grapas para cerrar tres heridas abiertas en la cabeza provocadas por botellazos, la dura situación también ha golpeado a Isabella,; una joven venezolana que a principios de mes fue asaltada y pateada en el suelo cuando se dirigía a su domicilio después de apearse en la estación de Metro de Batán.
El suceso ocurría a las dos menos cuarto de la mañana cuando volvía a casa después de haber estado con unos amigos. Isabella salió del suburbano en la citada parada y enfiló el camino a su casa, donde reside junto a su hermana y su prima tras abandonar su país natal cuatro años atrás. Unas agresiones que se han incrementado con la presencia del albergue juvenil Richard Schirrmann; destinado desde hace un año y medio a la acogida de emergencia de los menores extranjeros no acompañados llegados a la región.
Dolorida por los golpes, esa misma noche acudió al Hospital Gómez Ulla, donde fue atendida y le redactaron el pertinente parte de lesiones. Después, se personó en la comisaría de Latina para interponer la denuncia. En ella, Isabella describe a los autores como «dos varones jóvenes, de acento extranjero». «De frente solo pude ver a uno, tenía la piel morena y un corte de pelo rapado por los lados y largo y rizado por arriba», relata, con la seguridad de poder reconocerlo en caso de volver a encontrarse.
Los vecinos de Batán están hartos de la situación y piden la «intervención urgente» del consejero de Políticas Sociales; Alberto Reyero (Cs), responsable de la continuidad del centro en la Casa de Campo. Desde que el recurso habitacional abriese sus puertas, se han denunciado dentro una treintena de delitos; la mayoría relacionados con agresiones, amenazas y robos con fuerza.
