No hay otra familia que lleve tantos años dedicada, día a día, a la elaboración de este tradicional manjar típico en Madrid, los churros con chocolate. Dentro de unos días entrarán en su 115 aniversario, y lo mejor es que siguen haciendo los productos de la misma forma artesanal que los hacía Don Florencio, el primer maestro churrero de la familia, allá por el año 1902.
Les preguntamos dónde está su secreto, qué es lo que les hace diferentes y únicos, y esto es lo que nos responde Juan, ya 5ª generación de la familia:
“Hay procesos fundamentales que ya prácticamente no se hacen. Si hablamos de los churros y las porras, utilizamos la misma fórmula y la misma forma de trabajar que en sus orígenes, todo es artesanal y con materias primas de primera calidad. Ser un maestro churrero no se consigue en poco tiempo, requiere mucho aprendizaje y dedicación para llegar a realizar este producto como se hacía antes, con la misma calidad.
Si hablamos de chocolate ocurre lo mismo. Nuestro chocolate está hecho con una mezcla de tres cacaos diferentes, seleccionados especialmente para conseguir el sabor y la textura que queremos. Incluso elaboramos y vendemos chocolates propios de diferentes tipos y sin gluten, son absolutamente aptos para personas celiacas.”
Efectivamente, el resultado es el esperado. Churros crujientes por fuera y tiernos por dentro que no dejan restos de aceite, perfectos. Y un delicioso chocolate con una textura ideal. También probamos las porras y nos dejan la misma sensación, hechas con maestría y con la fritura impecable.
No obstante, no sirve de nada explicarlo, lo más importante es probarlo y que cada uno dé su opinión personal. Pero estamos seguros de que le dejarán muy buen sabor de boca.
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