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Andrés Aberasturi: «Creo que el mundo no es hermoso, pero se puede intentar vivir hermosamente»

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«Cómo explicarte el mundo, Cris», el último libro de Andrés Aberasturi, es una carta con destinatario, un legado epistolar tan humano y descarnado que cualquiera que haya pasado por una situación como la suya, tiene derecho a contemplar la vida como si fuera un milagro o, como si no lo fuera. El periodista y escritor Andrés Aberasturi atendió a EL DISTRITO, tras la publicación de su último libro.

Andrés, después de escribir el libro. ¿Has encontrado las respuestas que buscabas?

No, realmente, no. Creo que esas preguntas, en general, son las que nos llevamos haciéndonos desde hace siglos y para las que sólo encuentras respuestas parciales que no terminan de solucionar nada. Tampoco mi intención era encontrar respuestas concretas sino dejar un humilde testimonio de mis dudas y mis contradicciones

¿Cómo surgió la génesis del libro? Tengo entendido que al principio no lo concibió como tal.

Efectivamente; empecé a escribir algo después de una las estancias de mi hijo en el hospital pero no tenía vocación, ni de continuar, ni mucho menos de que aquello terminara siendo un libro. Fue pasando el tiempo y, de vez en cuando, volvía sobre lo escrito y añadía algo; era como un diario deshilvanado, sin reglas, una carta que ni tenía principio ni podría tener final. 

Has escrito sobre Cris y sobre la gente que es como Cris en otras ocasiones. Este libro es un poco distinto. ¿Qué los diferencia?

Imagino que mi propia edad; con los años ves las cosas de otra forma y yo me voy haciendo cada vez más tolerante pero también más radical. Creo que a estas alturas hay que decirse la verdad, gritar aunque sea bajito, contra la injusticia, decir como escribía Celaya “las bárbaras terribles amorosas crueldades”

¿Cómo es la realidad de Cris y de los chicos que son como Cris?

Una realidad injusta, una estafa de alguien, no sé de quién; su vida no es una burda imitación incompleta de la vida porque no tiene dos cosas fundamentales: libertad y comunicación. Eso no es vida.

¿Has llegado alguna vez a interactuar con él, a llegar a su mundo?

Creo que no aunque quiero pensar que sí. En el libro digo que nuestra vida con él es “como si” porque es la única forma de no desgarrarse. Vivimos como si nos entendiera, como si nos reconociera, como si siempre. Y eso no es malo pero no conviene engañarse y, aunque resulte duro, lo cierto es sus afectos están en la frontera de la piel, lo que haya más allá es un agujero negro.

La pregunta que más suelen hacerle es ¿Qué va ser de Cris cuando no estén sus padres?, pero hay otra que quizá sea más importante, ¿Qué va a ser de vosotros cuando Cris ya no esté?

Sí, al principio siempre das por hecho que son los hijos los que entierran a los padres pero después de haber asistido a tantas muertes de compañeros de Cris, te empiezas a plantear cómo sería la vida sin él, con ese vacío de sus sonidos y sus gestos y es muy duro, muy triste.

¿Para qué le ha servido el libro, un desahogo, un drenaje del corazón?

No, no; a los 68 años ya tienes que estar drenado y desahogado. No; sólo quería dejar el testimonio o, mejor, mi testimonio de una vida con mi hijo sin espejos deformante, llamando a las cosas por su nombre. No pretendo que nadie comparta, es  una verdad mía, sólo trato de decir lo que yo y los míos hemos vivido y seguimos viviendo.

¿Qué le achaca a los políticos sobre las leyes hacia la gente dependiente que no cumplen?

Ya les he dicho de todas las formas posibles lo que pensamos de esa falta de conciencia social y cómo manipulan y mienten. Estoy cansado de reivindicar justicia y honestidad.

¿Cree que la gente ha entendido el mensaje que quería hacer llegar?

No lo sé; si me fío de las redes sociales parece que sí, pero tampoco es algo que me preocupe mucho. Uno escribe lo que escribe, lo que siente, lo que le sale de dentro; después ya no eres dueño de lo que ocurra. Pero en general sí, creo que una gran mayoría lo ha entendido y ha sentido conmigo lo que digo.

El libro trata de la incomunicación, hablas de tu verdad, de la verdad de este mundo y de la relación con tu hijo. Es un libro con fases duras y a veces también dulces. ¿Hay algún momento para el optimismo, dejas alguna puerta abierta a la esperanza?

No lo sé. Digo algo en el libro que podría responder a esta pregunta tuya: creo que el mundo no es hermoso pero, pese a todo, se puede intentar vivir hermosamente. Es lo que nos queda, no creo que sea moral “ser” feliz en un mundo tan injusto pero sí se puede “estar” feliz, estar en paz contigo mismo y con las cosas.

Decía Freud que «Nunca somos tan indefensos al sufrimiento como cuando amamos», ¿está de acuerdo?

Sí, completamente; el amor es contradictorio, te arma y te desarma a la vez pero ante el amor siempre estás indefenso.

Y ya por último, ¿con qué se ríe o qué le hace reír a Andrés Aberasturi?

No soy de carcajadas pero supongo que ahora mismo las cosas que dicen o hacen mis nietos, no sé, la verdad.

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