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Arturo Fernández: «Si encuentras un éxito no sabes cuándo acabará»

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Si buscamos el último Don del teatro lo encontramos en Arturo Fernández (Gijón, 1929) o como él se denomina “el último dinosaurio”. A sus 85 años no ha sido devorado por la fama, sino que es él quien día tras día se come el escenario del teatro Amaya con su última propuesta ‘Enfrentados’. Tras girar la obra por ciudades como Santander, Gijón o Valladolid, recala en Madrid donde durante casi dos meses ha colgado el cartel de ‘No hay localidades’ en todas las funciones. “Si encuentras un éxito no sabes cuándo acabará”, explica Arturo, quien está exprimiendo al máximo esta experiencia teatral.

El giro interpretativo del actor asturiano arrancó bajo la dirección de Albert Boadella en ‘Ensayando Don Juan’, ahí fue donde conoció a David Boceta, con quien ahora comparte cartel. “Era la primera vez que me contrataba en 52 años porque me interesó el personaje”, confiesa Arturo, quien también dirige la compañía teatral encargada de los dos últimos proyectos. Entonces el intérprete encarnaba a comendador Don Gonzalo, en ‘Enfrentados’ se mete en el papel del cura José María Fanjul. “Me daba miedo”, confiesa Arturo, porque según él “tiene otras formas de caminar, mover las manos y tonos de voz muy distintos a la comedia”. De ahí su pavor, ya que gran parte del público está acostumbrado a verlo en su vis cómica. Ahora se enfrenta a su proyecto más serio, “como actor y empresario siempre estoy lleno de temores”, revela Arturo, quien sabe con certeza que el público decide los éxitos y por ahora le está respondiendo positivamente.

Disciplina por encima de todo

Si hay algo que valora Arturo Fernández es la disciplina. Algo que ha podido encontrar en el joven David Boceta con quien forma un acertado tándem en ‘Enfrentados’, ya que la energía fluye entre ambos. Eso se debe en gran parte a su “gran profesionalidad”, describe Arturo a David, porque añade que “no es frecuente ver a un actor que venga hora y media antes al teatro a ensayar”. Quizá vea en Boceta gran parte de su forma de trabajar, “era igual a su edad porque dudaba mucho de mí cuando empecé, tal vez porque soy muy perfeccionista” declara Arturo.

David Boceta encarna en ‘Enfrentados’ al joven Tomás de la Casa, un seminarista apasionado y revolucionario. Por el contrario, Arturo en su profesión nunca ha sido un rebelde, siempre ha estado muy centrado en su trabajo consciente tras la posguerra que el ser actor era su último tren. “Si no servía para actor habría sido dependiente, no tenía carrera ni había estudiado y me agarré a esta oportunidad a la que mimo mucho”, manifiesta el actor. En esa comunión del padre Fanjul con el público no hay lugar a la improvisación pero si a la rectificación, aún hoy día puede cambiar algo del guión, pequeñas cosas para que todo salga perfecto durante las dos horas de ‘Enfrentados’, porque para Arturo “todos los días es un estreno”.

El lado femenino de Arturo

Arturo siempre ha sido considerado como un gentleman que se ha codeado con las actrices más atractivas y a las que siempre ha respetado. A su modo de ver, ellas son “más constantes” en el trabajo y sobre todo las admira porque se cuidan más. “Tengo mucho de mujer en ese aspecto”, descubre el actor, quien no concibe ir mal vestido. En ese instante recuerda las tardes de antaño del Café Gijón, donde había gente que no tenía dinero para tomar algo pero siempre iba de punta en blanco. Algo que ha heredado Arturo, quien dice entender las modas actuales, pero no las comparte en su forma de vestir.

En ese recuerdo se remonta más atrás, cuando estudió en el colegio de los Hermanos de la Doctrina Cristiana, un centro escolar para hijos de obreros. El padre José María, que interpreta actualmente tiene mucho de Arturo, ya que es católico aunque no vaya a misa. De hecho recuerda como una proeza el hacer entrar en una iglesia a su amigo guionista, Pedro Beltrán, “era comunista y lo respetaba, entró y captó como yo que el silencio de una iglesia es lo único bello que nos queda”, expone el actor.

Arturo admira el aire fresco que ha traído el Papa Francisco, una renovación que también percibe en el teatro alternativo, que dice acudir a verlo cuando puede. El actor asturiano fue un precursor en este género, algo desconocido para el gran público, ya que en los años 50 arrancó su carrera con el teatro de cámara y ensayo en el María Guerrero. Allí podía hacer obras de autores como Ionesco, algunas prohibidas en aquel momento. Se trataba de las artes escénicas innovadoras que ahora se perpetúan en pequeñas salas madrileñas. Arturo considera que allí existen actores y actrices “muy buenos”, pero echa de menos autores como Mihura, Llopis, Luca de Tena o Alfonso Paso.

Los jamones de Arturo Fernández

En el ámbito político, Arturo siempre ha dicho lo que piensa sin tapujos y ha sido criticado en ocasiones por su defensa al Gobierno de Mariano Rajoy, a quien no conoce, solo dice que “voto al Partido Popular porque me parece que están mejor preparados que los demás”. Si algo tiene claro es que rechaza los casos de corrupción en todos los partidos políticos “y sindicatos”, especifica el actor. Además, el intérprete ha sido comparado, solo por el nombre, con el presidente hasta hace unos días de la patronal madrileña, Arturo Fernández, quien dimitió por el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid. “Vivimos en la misma urbanización y algunas veces me han mandado jamones para él y me los he quedado”, confiesa Arturo entre risas. Asimismo, considera que los políticos “están muy mal pagados”, aunque deja claro que no es excusa para robar y “eso se tiene que acabar”, concluye el actor.

A diferencia de muchos políticos Arturo no roba a quien acude a verle, no engaña y siempre procura responder a la idea que el público tiene sobre él. Grandes éxitos teatrales le avalan ‘Pato a la naranja’, en cartel durante cinco años, ‘Smoking’ y tiene tiempo hasta para acordarse de su único fracaso ‘El Alfil’ en el teatro Lara. Se trató de una comedia de Joaquín Calvo Sotelo con altas dosis de drama, “me di cuenta que ese no era mi camino, el público te dirige y cuando deje de verme tendré que retirarme”. Algo que por el momento no le pasa a Don Arturo, “si me dice Don una joven me hace polvo”, puntualiza el actor, porque le quedan muchas representaciones y recibir los aplausos “de ópera”, como él los siente cada noche, que se sube al escenario.

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