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Carlos Cuesta: «Hemos caído en un brutal relativismo donde parece que vale todo con tal de llegar al poder»

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El periodista Carlos Cuesta (Gijón, 1971) acudió amablemente a la llamada de EL DISTRITO en el restaurante Samarkanda de la estación de Atocha. El director de La Marimorena en 13 TV repasó su pasado en el mundo del periodismo y diseccionó la actualidad política actual.

Todo el mundo te conoce por ser un periodista que sale en la televisión, pero ¿cómo es en realidad Carlos Cuesta? Nos gustaría que nos contara cómo has llegado hasta aquí.

Son un montón de cosas y de suerte que coinciden y te hacen que al final, llegues a determinado punto. Tengo muchísimo que agradecer. Vengo de una familia absolutamente normal, mi padre es ingeniero del Estado (ya está jubilado) y mi madre, que estuvo trabajando, deja de trabajar porque por desgracia nosotros pertenecemos a ese grupo de familia que se va fuera. A mi padre lo desplazan como delegado de Industria al País Vasco durante los años de plomo. En aquella época, como a tantos otros, nos tocó irnos de allí por un intento de secuestro. A partir de ahí, comenzamos a dar vueltas por toda España, como tanta gente a la que le ha pasado este tipo de cosas. Algunos no es que quieran olvidar, quieren convertir a los que estuvieron soportando eso, en gente que tiene que pedir perdón a aquellos a los que sometían a torturas. Entiendo que mi padre, que se sacó la oposición en tiempos de Franco, como todo los que vivieron en esa etapa, no hizo una abstracción diciendo “voy a dejar de vivir en la etapa de Franco”. Pues no, al que le tocaba trabajar en esa época resulta que se ganaba la vida en la época de Franco y luego en democracia, a mi padre, que no tuvo ninguna adscripción política, lo pusieron, porque era un técnico, en un lugar muy importante. En aquel tiempo se estaba desarrollando la industria en el País Vasco y mandaron a mi padre. Y luego te acabas encontrando como una organización terrorista decide que tú formas parte del Estado opresor que realiza torturas. Y yo que pensaba que veníamos a trabajar por el bien de España y punto. Hablamos de más de 200.000 personas a las que les ha ocurrido exactamente lo mismo, de hecho la fotografía electoral que tiene el País Vasco sería muy distinta, si esas 200.000 personas que tuvieron hijos, gente que no hubiese tenido que irse de allí, que hubiese votado allí, la fotografía del País Vasco hubiese sido muy distinta. La finalidad era la expulsión de gente que era divergente políticamente. Son prácticas que algún día deberían analizarse. Y hay que tener mucho cuidado con eso porque son prácticas que han funcionado.

Viniendo de una situación tan complicada, con tu padre que es un ingeniero, una persona de ciencias, ¿cómo llegas a meterte en el mundo del periodismo?

En mi casa siempre se vivió mucho el factor político. Mi padre era uno de esos cargos llamados de libre designación. La gente debe saber que los cargos de libre designación en España en otros tiempos nunca significaron que eran arbitrarios, libre designación suponía que por los requisitos de confianza y de cuestión técnica era muy complicado poder evaluarlo sin conocerlo personalmente. Yo sé que ahora está muy de moda hablar de cargo de libre designación y meter a la ex novia de alguno o a su padre. En España había antes mucho respeto por la cuestión pública. Ahora hay una queja, no sin falta de razón, de determinados puestos de carrera logrados con mucho esfuerzo en la administración que se quejan del desprestigio a los que se le está sometiendo porque se les mete todo una órbita de enchufados a su alrededor. Por cada enchufado que tú metes hay otra persona que realiza ese trabajo. El enchufado rara vez sabe lo que debe hacer,  va para otra cosa. Hay mucha gente en la Administración española con mucho nivel manteniendo el comportamiento de la Administración que se queja de que está rodeado de gente que no sabe hacer su trabajo. Eso da mucho miedo ahora, sobre todo con el auge de los nuevos partidos. Para empezar los antiguos partidos, y hablo tanto de un lado como del otro, tenían determinados respetos por unos cargos, hasta que se empieza a perder, que hacían que esos cargos fuesen técnicos. Estos nuevos partidos, estoy pensando por ejemplo en Podemos, tienen un total desconocimiento del mundo laboral pleno, del mundo administrativo, absoluto y del mundo profesional, brutal.

¿Cómo es tu trayectoria hasta llegar a EL MUNDO?

Cuando estábamos en el País Vasco mi padre solicita un traslado y primero vamos a La Rioja y luego a Navarra. Allí en Navarra, está la Universidad de Periodismo que es una buena Facultad. Entre el ambiente político que siempre llamó mi atención y ya que tenía cerca esa Universidad, acabé entrando allí. La Universidad de Navarra tiene una ventaja y es que ha trabajado muchísimo en lo que ellos llaman Seminarios de Especialización. Había Seminario de Información Económica, Seminario de Empresas…yo entré en uno de esos Seminarios, que tenían la ventaja de que cuando pasabas determinados controles podías entrar en Expansión. Allí es donde primero entro.

Luego, EL MUNDO, Veo7 y más tarde das el salto a 13tv. En 13tv hemos visto a supuestos periodistas que se meten constantemente con periodistas como tú que piensan diferente. Tenemos el ejemplo del Gran Wyoming. ¿Qué opinión tienes al respecto?

Así como hay algunas personas que realizan descalificaciones individuales, yo eso no lo voy a hacer. Lo que sí quiero hacer es una descripción de la realidad. Según puse un pie en televisión empezó a sacudirme. Recuerdo que le dije a Melchor Miralles, que en esos momentos estaba en Veo7, “¿qué es lo que ocurre aquí?” Él me contestó que eso era lo habitual. Cada uno es como es, la historia es así de triste. Las cosas que yo he defendido han sido tan fáciles de cotejar, si se han cumplido o no se han cumplido, por desgracia,  como mirar lo que ha pasado durante los últimos ocho años. Hablé de que el proceso catalán acabaría en un desafío abierto; dije que el problema de solventar el tema de ETA, con una especie de blanqueamiento de sus marcas hacia la política, provocaría que se metiesen dentro de los parlamentos y ha ocurrido. Él que haga lo que quiera, yo voy por mi lado aunque hubo prácticas que son dignas incluso de un análisis jurídico. Tuvimos que mandarle un burofax desde Unidad Editorial para decirle que parara ya. Lo que hacía era enviar un acoso a través del móvil. Él lo llamaba los estorninos. Hacía un llamamiento para que te enviasen mails, tuits, etc, con el objetivo de colapsar los mecanismos con los cuales te relacionas socialmente. Llegó hasta tal punto que te planteabas dejar de usar el móvil o twitter. Desde la dir
ección de La Sexta se le dijo que tenía que parar. La vulneración de determinadas rayas admisibles nunca fue por nuestro lado, siempre fue por el suyo. Él sabrá a lo que juega. A mí hay una cosa que me llama la atención: él es una persona que se ha ganado la vida profesionalmente, ha logrado hacer mucho dinero y lo que pregona sistemáticamente es un sistema por el cual, a una persona como él lo considerarían un especulador al que hay que expropiarle sus viviendas. Él pregona que la gente como él debe pagar más a Hacienda y quiero que la gente eche un vistazo a su historial con Hacienda. También dice que la gente de clase alta tiene una obligación social, que yo también lo considero. Yo lo que pregono es que se defiendan tanto a la gente de rentas altas como a las que tienen rentas bajas. Él corresponde a un colectivo que es el más beneficiado. Una dosis de coherencia no le vendría mal.

Una televisión que estaba arruinada como La Sexta, que fue rescatada por el grupo Atresmedia, han hecho una promoción espectacular de grupos que se encuentran fuera de la legalidad vigente y que defienden el totalitarismo más rancio. ¿Qué opinión te merece la política de comunicación que ha ejercido el Gobierno? ¿Crees que terminará pagando tal política comunicativa?

Uno de los grandísimos errores de este Gobierno, que ha tenido cosas buenas, malas y regulares, ha sido su política de comunicación. Hay mucha gente que critica esta afirmación porque pareces que estas pidiendo una intervención de los medios. Y no, lo que yo pido es que se acabe la intervención que hay en los medios. El espectro radio-eléctrico donde se transmite la televisión no es una cuestión privada, lo administra el Gobierno porque es público. A partir de ahí se reparte: aquí entra una frecuencia de Atresmedia, aquí de Mediaset, aquí de 13tv…Ese espectro televisivo tiene una influencia sobre el voto brutal. Si ese espectro lo tienes distribuido de una forma en el que el 70 u 80% de las emisiones políticas tienen una determinada línea ideológica, quiere decir que sólo te queda el 20 o 30% para el resto de tendencias. Eso significa que tienes el espectro televisivo totalmente desequilibrado y marca la mayor influencia sobre el voto. Eso no es normal. O se plantea una apertura plena, lo cual no es posible porque hay que repartir tales frecuencias o alguien tendrá que darse cuenta de esto.

¿Cree que es comparable, como hace cierta televisión, comparar la Ley Mordaza con lo que se está viviendo en estos momentos en Venezuela?

La realidad es muy sencilla. Nosotros en España podemos criticar lo que no nos gusta, podemos expresarnos libremente porque existe una cosa denominada Constitución Española y porque existe un sistema que se llama democracia. Lo que padecen en Venezuela es la vulneración permanente y la deformación de la Constitución al gusto de la persona que está mandando en estos momentos. No tienen un régimen constitucional, allí cuando los estudiantes deciden reclamar su derecho a convertirse en partido, lo que hacen es sacarles a militares y dispararlos. En España se respetan los derechos humanos, en Venezuela no. El que quiera dar otra versión que se pasee por allí o por Cuba, por esos países que han logrado el dudoso honor de aparecer en todos los listados de países donde no se respeta absolutamente nada. Que gente que dice defender el credo socialista, que haga en estos momentos la vista gorda por el hecho de que Leopoldo López, máximo candidato de uno de los partidos y que es de la Internacional Socialista,  esté preso y haya tenido que pasar por una celda subterránea, se le haya privado de presentar una defensa jurídica, lo tengan incomunicado sin ver a su familia, que hagan la vista gorda con esto y que tengan la falta de imparcialidad más absoluta como para ir diciendo que en España el problema que tenemos es la Ley Mordaza, no tiene nombre.

Vivimos unos momentos muy convulsos en la política española. No se logra formar Gobierno. Ni PP, ni PSOE ni Ciudadanos logran alcanzar un acuerdo para formar una gran coalición. Ha habido una investidura fallida de Pedro Sánchez tras la exclusión del PP por parte del PSOE y Ciudadanos. ¿Qué salida tiene esto?

El problema que yo veo es que la salida de lo que estamos viviendo es a medio y largo plazo pero el problema es que hay que encontrar un salvoconducto a corto plazo, si no, no llegaremos a esa salida. El problema de fondo que estamos viviendo en estos instantes es una caída, una anulación, una falta de vertebración de lo que eran los principios clásicos de la Transición, en los cuales, se partía de la base de que el respeto hacia la Constitución era absoluto, los derechos fundamentales plasmados en esa Constitución no eran motivo de juegos, todo teníamos un proyecto común llamado España, la nación más antigua de Europa. Todo eso ya no tiene el blindaje que tuvo antaño. Unos partidos dejaron de defender los principios que debieron haber defendido y otros partidos van directamente a colisionar con ellos. La nueva entrada de determinados protagonistas en el escenario político, que han sustituido como bisagra al peso que tenían los partidos nacionalistas, no es anodina. Tenemos dos partidos, uno es Ciudadanos, plenamente respetuoso con el sistema constitucional y el otro es Podemos que ha dicho claramente que desea asaltar el cielo. Tiene a gente dentro de sus estructuras, Carlos Sánchez Matos, concejal de Hacienda de Madrid, que viene de IU.

¿Qué le ocurriría a un periodista con tu forma de pensar con un gobierno de Podemos?

Espero no tener que experimentarlo en breve. Carlos Sánchez Matos dijo esta frase un día: “Yo no he venido a ser el mejor gestor del sistema. Yo he venido a tumbar el sistema”. Eso que ellos llaman sistema, es la Constitución, el aval de los derechos fundamentales de todos los españoles plasmado con el máximo organismo que es el Congreso de los Diputados y trasladado a una votación de toda la población española. ¿Ese es el sistema que ellos quieren tumbar? Pablo Iglesias dijo literalmente que “la huelga es una guerra” o que “no nos gusta dejarnos el kalashnikov en casa”. ¿En algún país serio se hubiese permitido que una persona con semejantes afirmaciones llegase a algún sitio? Juan Carlos Monedero va diciendo por ahí que el miedo tiene que cambiar de bando. ¿En una democracia tiene que haber gente que tenga miedo y otra gente que se ría de los que tienen miedo? ¿Qué parámetros democráticos tiene esta gente? Hay un problema, el PSOE, que permanentemente debería estar pensando qué va a ser de ellos en los próximos cinco o diez años, ha perdido la brújula desde la etapa de Zapatero. Se ha pensado que se puede entregar a nacionalistas reconvertidos en independentistas, a extremistas de izquierdas sin que les pase nada interna
mente. No es verdad. Se los terminarán comiendo. Con esa estrategia, Podemos se zampará al PSOE. El Partido Socialista, que debe ejercer una labor de control, ha cometido un error/traición muy grave: entregarse a toda esta gente. Esta gente no va contra la derecha, va contra el PSOE y contra todo el sistema de protección de derechos y libertades que tenemos en España. Lo que ellos llaman Ley Mordaza pretende defender que la persona que quiere hacer huelga pueda hacer huelga y que la persona que no quiera hacerla, no la haga.

El otro día, Pedro Sánchez, en su discurso de investidura habló de la reforma laboral, de combatir la corrupción y de Cataluña. Una persona que pretende dirigir España, que ha metido a toda esta gente en las instituciones, ¿está preparada para llevar el timón de una situación tan complicada como la actual?

Hemos caído en un brutal relativismo donde parece que vale todo con tal de llegar al poder. Todo no vale porque te cargas el país, te cargas tu propio partido, te cargas las expectativas de un montón de familias, te cargas el futuro de la gente. El problema es que ya estamos empezando a experimentar qué ocurre cuando se sigue ese designio. Esto se lo inventó un señor llamado Zapatero a través de una cosa que él llamó el Pacto del Tinell, consiste en que sólo tienen espacio en el espectro político los partidos que piensan como yo y todos los que estén fuera de los que quieren estar conmigo, deben ser expulsados. Eso no pasa en un país normal. En Alemania es perfectamente normal que pacte la izquierda con la derecha porque los dos se reconocen la legitimidad. Aquí ha habido un problema y es que se ha partido de la base de que “el que no piense como yo, sobre todo con el PSOE en la etapa de Zapatero, debe ser deslegitimado”. Wyoming y otros periodistas forman parte de una maquinaria que pretende deslegitimar y no sólo se deslegitima a un partido, también se deslegitima los principios liberales conservadores. Por eso lo que hacen es acortar el espectro de votos. Consideran marginado social a todo aquel que quiera desarrollar su pensamiento en otra clave que no sea la suya. Por eso se buscó todo tipo de alianzas contra nacionalistas-independentistas, con partidos de extrema izquierda y se les otorgó una expectativa de gobernabilidad hasta ahora impensable. Hasta el famoso Tinell los partidos nacionalistas ejercían como bisagra, nunca como los partidos que mandaban realmente en el Gobierno. Ahora ya no se sabe quién manda. En caso de una alianza entre el PSOE y Podemos, ¿quién mandaría?

¿Crees que Pedro Sánchez quiere el poder por el poder y que hará todo lo posible por alcanzarlo?

Yo por desgracia creo que Pedro Sánchez quiere el poder como sea. El problema es que lanza determinados mensajes a la opinión pública como que el PP es un partido corrupto. El PP tiene un problema con la corrupción como la copa de un pino, como también el PSOE, IU, Convergencia y el PNV. Y no hablemos de Podemos, cuya cúpula viene de estar financiada a través de Venezuela e Irán. Sólo se me ocurre un motivo, bastante insano, para que te financie un dictador.

¿Por qué apenas sale en los medios la financiación de un partido como Podemos?

Primero porque el espectro de medios no está equilibrado en España. Luego hay una cuestión política. Para defender tus principios humanistas-cristianos, liberales, conservadores…hay que hacer una labor de defensa activa, especialmente cuando sabes que te van a atacar. Una de las enormes críticas que le hago al PP en estos momentos, el no haber dado el do de pecho en esa defensa. Pensaban que les iban a perdonar desde el otro lado. Si te montan una estrategia como el Tinell para excluirte y no te defiendes, te pasarán por encima. Y no te pasan por encima como partido, pasan por encima de todos los votantes de ese partido que no votan a un partido, votan un tipo de gobernabilidad y un tipo de convivencia en el que creen. No percibo en estos momentos en el votante liberal conservador ninguna animadversión al votante del PSOE. Sin embargo, cuando te diriges al espectro de la extrema izquierda tratan al votante liberal conservador como un burro al que hay que golpear. Lo primero que debe pensar el PSOE es dónde se puede desarrollar una social-democracia, si se puede desarrollar en un sistema constitucional. Ellos ya renunciaron al marxismo. ¿Se quieren ir ahora con los marxistas? El problema es que nos pueden llevar a todos al pasado. Debe de haber un marco de convivencia, de respeto. Da igual que te sientas de izquierdas, o de derechas, es lo más sano del mundo. Quienes defendemos eso, creemos en un sistema democrático verdadero. Quienes nunca defenderán esa forma de pensar son con quienes está el PSOE en estos momentos, echándose ambos guiñitos. Además, quieren borrarlos permanentemente del mapa. El día que se den cuenta de eso pareceremos un país maduro, una democracia madura y no una no democracia gobernada por Maduro.

Hay una Ley de Memoria Histórica que pone en cuestión la Transición, el Jefe del Estado porque ponen la legitimidad de nuestra democracia en un Frente Popular. ¿Por qué el PP no ha derogado una ley que pone en cuestión hasta nuestro sistema democrático?

Por una omisión en la defensa de sus principios. Si hay un movimiento coordinado para borrarte del mapa tienes dos opciones: o defenderte usando la razón, los argumentos o creer que te van a perdonar. Ellos no te van a perdonar cuando su objetivo es borrarte de las posibilidades de voto. Llevamos mucho tiempo en España viviendo el hecho de que toda la estrategia política de la izquierda es borrar al PP de la posibilidad de gobernar. El PP no puede ser visto como un fin, debe ser visto como la canalización de las expectativas de un montón de votantes que creen en tales principios. Si no defiendes esos principios con la rotundidad y con el convencimiento que tienes, lo primero que te ocurre es que parte de esa gente deja de verse reflejada en ti y además, el otro se siente autorizado a pasar por encima de ti. No han quitado la Ley de Memoria Histórica, no han parado el saqueo de los papeles de Salamanca, no se ha explicado convenientemente las medidas adoptadas para sacar a España de la quiebra, han permitido que se instaurase una imagen del austericidio. El austericidio visto en números se ve que en año 2007 todas las partidas de gasto social (prestaciones no contributivas, pensiones, sanidad, educación), todas tienen ahora más gasto público de lo que tenían en 2007. ¿Cómo se puede acusar a un partido político de austericidio por haber hecho eso? El PP es el que debe de defenderse de eso. No todo vale en política, pactar con quien fuese, poniendo en juego el futuro de España, el sistema constitucional…el 24-M el Partido Socialista abrió las puertas a un grupo de personas que venían de ser financiados por Venezuela. Eso no se puede hacer. No se puede permitir a determinadas personas que, consideran, como dijo Pablo Igles
ias, “la guillotina es una muestra de la democracia”. Si eso es lo que opina de la democracia, que no nos explique entonces cuál es su concepto de dictadura. ¿Qué tipo de gente se nos ha colado? Hay que estar con la gente que defenderá tu derecho a pensar como quieras y esos son los constitucionalistas. No hablo en términos de partidos, hablo en términos de espectro de pensamiento. Son los que garantizan el progreso de un país. Espero que los partidos vuelvan a su espectro de principios y exista una democracia pacífica. Me fastidia mucho el intento de determinada izquierda de revestir a la derecha como gente antisocial. Que yo sepa, derecha e izquierda defienden lo mismo: el progreso de un país. Que yo sepa, defienden que cada vez todo el mundo tenga más derecho a la educación, más derecho a ser rico y más derecho a progresar. Que yo sepa, eso es así. Unos lo defienden con unos medios y otros, con otros. El día que dejemos de expulsarnos, los verdaderos constitucionalistas del espectro de voto y nos demos cuenta de que los enemigos para la convivencia pacífica no están ahí, están fuera, habremos avanzado muchísimo.

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