Una de las cantaoras más importantes de la historia del flamenco estrena nuevamente un espectáculo en Madrid. Carmen Linares (Linares (Jaén), 1951) se presenta el 20 de julio a las 22:00 con ‘Encuentro’, un espectáculo incluido en el ciclo ‘Veranos de la Villa’, que incluye poemas de Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca y una versión magistral de ‘El amor brujo’ de Manuel de Falla. La artista andaluza se subirá al escenario de Puente del Rey, frente al Palacio de Los Vargas, con el grupo Camerata Flamenco Project.
Tres grandes figuras de la música y literatura reviven por unos instantes en este show. Ellos tenían sus “encuentros en Granada", apunta Carmen, quien considera que aquellas reuniones tuvieron “gran importancia para la música flamenca y concepción del folclore, lo mínimo es hacerles un homenaje”. No se trata de la primera vez que la cantaora brinda su arte a estos autores, ya lo hizo en su disco ‘Raíces y alas’ (2008), así como en ‘Ensayo Flamenco 2012’. ‘Encuentro’ “tiene una conexión con esos trabajos, con la diferencia de que con Camerata escenificaré la parte de Jiménez y Lorca, está concebido con otras armonías y arreglos, por tanto suena distinto”, explica Carmen.
Además, los asistentes podrán ver a una Carmen entregada al amor brujo de Falla en el centenario de la creación de su obra. De hecho el pasado 21 de junio, la cantaora lo interpretó con la Orquesta Filarmonía en el Parque Lineal del Manzanares. “Lo he cantado muchísimo y esta revisión que proponemos se va a hacer respetando la partitura pero con más libertad, lo afrontamos desde un punto de vista más flamenco”, revela Carmen que reconoce haber disfrutado mucho en los ensayos.
Como parte fundamental del flamenco, en ‘Encuentro’ no podía faltar la danza, que correrá a cargo de Vanesa Aibar y el toque de Juan Carlos Gómez. “Ella hace el papel de Candela y bailará uno de los cantes y Juan Carlos con Cañizares protagonizará su parte de concierto de guitarra”, resume Carmen. A ellos se une Camerata que tocará una pieza de Debussy, entre otras, formando “un abanico de estilos y formas diferentes”, describe la cantaora.
“Alma y corazón” sobre el escenario
Carmen Linares dice no saber de dónde saca la energía para la afrontar la vorágine de promoción y conciertos que se le vienen encima. A veces saca tiempo para ver actuar a sus compañeros. Una ocasión especial son los ‘Veranos de la Villa’, de hecho pudo acudir al estreno del ciclo con la ópera Carmen versionada por Peter Brook “y con la dirección de Pepa Gamboa, estuvo magistral”, expresa con entusiasmo. Eso demuestra que siente devoción por su profesión como espectadora y artista que es, “subirte a un escenario es bonito y duro, tienes que dar tu vida ahí”, reconoce Carmen, que entiende que es fundamental “poner siempre tu alma y corazón”.
El arte de la cantaora ha sido reconocido recientemente en el documental estrenado hace unos días, ‘Hijos de Andalucía’. Ella reconoce que es la cuna del flamenco, pero parte de su corazón dice tenerlo en la capital, “porque me acogió, me ha hecho como artista y me ha dado todo. Es una ciudad muy generosa que acoge a los que venimos de fuera, no me siento extraña en Madrid”, indica la cantaora. Y lo dice después de haber paseado su arte por Sydney, Nueva York, Tokio, Buenos Aires… “en esos escenarios tampoco me he sentido extraña porque todos tienen el corazón en el mismo sitio y la gente tiene sensibilidad para arte en general” manifiesta Carmen. En esa universalidad de la música, ella remarca que tanto la marca del flamenco en el mundo es percibida como “de calidad y que tiene mucho que decir”.
Desde su último disco, ‘Remembranzas’ (2011) una actuación en directo en La Maestranza, Carmen no ha vuelto a grabar. Ha colaborado en trabajos de compañeros y adelanta que este año no va a meterse en ningún estudio, pero confiesa que “el año que viene puede que me tire de cabeza a la piscina, tengo algo en la cabeza que iré desarrollando”. Y es que la cantaora andaluza no para de darle vueltas a la cabeza, es una artista en constante creación que reconoce tener “mucha suerte” de poder dedicarse a lo que le gusta. En este sentido, concluye que “he dado mi vida por el flamenco” y espera seguir dándole a su público buenos momentos y lo que para ella es lo más importante, “hacer sentir”.
