¿Frente a la transversalidad de la que jactó UPyD, por qué vosotros os ancláis en la izquierda?
Los ideólogos de UPyD abogaron por la transversalidad porque hay medidas que no es de derechas ni de izquierdas, como la reforma de la Ley electoral o la independencia de la Justicia, y así podríamos obtener votos a izquierda y derecha. Pero nuestra experiencia con el paso de los años es que es mejor definirnos más claramente con lo que nos sentimos representados, la izquierda. Además, siempre nos preguntaban si éramos de izquierdas o de derechas. No queríamos tener etiqueta pero la etiqueta de la transversalidad había que explicarla y era difícil que te entendieran.
¿Qué diferencias mantienen con el partido magenta?
Llevamos propuestas más relacionadas con la economía, contra la pobreza, y por Justicia social. Por eso nos abocamos a la izquierda. No estamos en contra de los impuestos, como otros partidos de derechas. Nosotros pensamos que la intervención del Estado en la economía es necesaria. Eso no lo defendió en su momento UPyD, aunque en sus inicios algunos hablamos de ocupar esa izquierda igualitaria que falta en España, de sustituir al PSOE. En UPyD había gente de izquierdas y derechas. Genera problemas hablar de pensiones o impuestos cuando convives con liberales económicos.
“En UPyD falló la imagen que dábamos y la falta de cercanía. No identificaron a Rosa Díez como una política nueva”
¿Por qué se desmoronó el partido de Rosa Díez?
Falló la imagen que dábamos. Cuando en 2011 surgió el 15M llevábamos tres años defendiendo algunas de sus propuestas en el Congreso, pero la gente de las calles no nos identificó cómo ese partido al que votar, por la imagen que dábamos, por algún tipo de estrategia reivindicativa. Y por eso muchos votantes nuestros –el 25%, según estudios– se fueron a Podemos.
No nos vieron lo suficientemente cercanos. Rosa Díez tenía una fuerza indudable pero en ese momento los que querían algo distinta no la identificaban como una política nueva porque llevaba 30 años en política. Yo aprendí mucho de ella, hizo una gran labor, pero ahora cada uno tenemos caminos distintos. Veo que no está preocupada por asuntos económicos que a nosotros sí nos preocupan. Nosotros seguimos sumando gente, gente más joven.
¿Hubiera nacido Ahora sin el viraje ideológico de Ciudadanos al liberalismo?
Sí. Cs abandonó la socialdemocracia y el centro izquierda muchos meses antes de que lo formalizaran. A mí me ofrecieron ser candidato de ese partido en Euskadi y si lo hubiera aceptado hubiera sido ahora parlamentario vasco. Pero les dije que no porque no comparto sus ideas, que para mí es lo más importante.
¿Cómo ve al PSOE de Pedro Sánchez y su idea de plurinacionalidad?
Humildemente pienso que el PSOE no tiene remedio. Incluso si hubiera ganado Susana Díaz tampoco hubiera cambiado tanto las cosas. Llevan tiempo sin comportarse como un partido nacional y de manera equivocada con los nacionalistas. Además, el primero en aplicar políticas económicas y fiscales regresivas fue Zapatero y sus recortes. En defensa de la justicia han estado desaparecidos y nunca movieron un dedo. Están envejecidos. Los jóvenes de hoy quieren otra cosa. En el PSOE hay gente valiosa que le preocupa que su partido haya dejado de ser un partido nacional que vertebre el país y defiende la igualdad. Pienso que allí tienen que alzarse voces críticas.
Diferenciados de PSOE, Cs y UPyD, ¿crearán un nuevo partido?
No sabemos si tenemos que crearlo o si somos nosotros los que debemos hacerlo. Es momento de crear esa alternativa sin ser un partido. Una plataforma te permite cosas como organizar actos con gente de diferentes formaciones. Hay plataformas que se crean para crear un partido, y otras para ejercer como tal. Se trata de que sea un movimiento lo suficientemente fuerte para que sea un éxito. Y para labrarlo contamos con intelectuales como Félix Ovejero, Sevi Mora, Fernando Savater, Andrés Trapiello, Félix de Azúa, Andrés Aberasturi, Javier Tajadura o Manu Montero.
“El problema no es tanto el nacionalismo de nacionalistas, sino los complejos de quienes no lo son y se comportan como tal”
¿Qué respuesta dan al desafío secesionista catalán?
A corto plazo, la aplicación de todos los instrumentos del Estado del Derecho. Hay que parar el golpe de Estado dado por los independentistas y aplicar el artículo 155 de la Constitución. El Gobierno tiene que cumplir y hacer cumplir la ley.
A largo plazo, hay que ganarles la batalla política, hacer pedagogía y tener más votos que ellos. Porque es mejor unir que separar, derribar fronteras que levantarlas. El problema no es tanto el nacionalismo de los nacionalistas, sino los complejos de los que no lo son y se comportan como si lo fueran, dándoles alas. Y aquí incluyo al resto de partidos, que han venido a decir que el nacionalismo no era para tanto y defienden el régimen foral vasco y navarro, están dispuestos a llegar a algún tipo de pacto fiscal con Cataluña o hacen discursos regionalistas en sus territorios.
Por tanto, ¿qué modelo territorial defienden desde Ahora Plataforma?
Es un debate que tenemos que iniciar. Queremos defender la máxima igualdad posible, ya que el Estado autonómico ha fallado. Yo defiende un modelo federal simétrico, como el alemán, pero no el asimétrico del que habla el PSOE. Un Estado y comunidades con unas competencias claras fijadas en la Constitución. Apuesto por la devolución de las competencias de Educación y Sanidad para el Estado para favorecer la igualdad. Si España funcionara como un país y no como 17 habría muchos problemas que se solucionarían.
Parece que ahora el llamado ‘oasis catalán’ se ha trasladado al País Vasco
ETA ha sido derrotada policialmente, no va a volver a las armas. Consiguieron incidir en la política y provocaron centenares de muertos. Ahora hay que superar el odio que todavía existe en una parte minoritaria de la sociedad vasca y no conceder ningún tipo de impunidad a los terroristas. Hay que ganar la batalla del relato. El problema es que el Gobierno vasco y el PNV no mueven un dedo para que los terroristas sean definitivamente vencidos. Hay mucho por hacer. Un dirigente de Batasuna decía de que los terroristas de hoy puede que mañana no lo sean, depende que quien escriba la Historia. Ellos pretenden blanquear así la Historia para que dentro de 20 años los terroristas sean vendidos como personas que lucharon por Euskal Herria.
Mientras tanto, PSOE y el PP lo aplauden y presentan al lendakari como un hombre de Estado cuando su objetivo sigue siendo la independencia, conseguir más privilegios y vivir a espaldas al resto de España. Y es que el nacionalismo es la ideología más reaccionaria que hay. Tanto los nacionalismos pequeños que pretenden destruir al país como los de Estado que no permiten el desarrollo europeo.
