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Javier Algarra: «Como soy profundamente catalán y amo Cataluña, soy español y amo España»

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El periodista Javier Algarra Bonet (Barcelona, 1961) ) acude a la llamada de EL DISTRITO en el restaurante Samarkanda de la estación de Atocha. Actualmente dirige y presenta ‘El Gato al Agua’ que ha cumplido 10 años, algo inédito en la televisión española. Algarra responde a todas las cuestiones que le planteamos.

Usted dirige un programa que ha creado tendencia en televisión y tiene muchos imitadores.

‘El Gato al Agua’ nació en 2005, en un momento en el que en la televisión española no existían debates de carácter político. Habían antes, como por ejemplo en la campaña del 93 cuando Jesús Hermida hizo ‘La hora H’. Al principio del 2000 caimos en la telebasura, programas de ocio, entretenimiento, concursos y del corazón, pero no se hacía tertulia política como en radio. En el 2005 el presidente del Grupo Intereconomía, Julio Ariza, el director Xavier Horcajo y un gran periodista ya desaparecido, Rafael Martínez Simancas, crearon ‘El Gato al Agua’. Los pioneros en devolver a la televisión debates políticos haciendo una apuesta arriesgada de lunes a viernes en prime time de diez a doce de la noche. Además, daban participación a los espectadores que podían contestar a las preguntas del ‘gatómetro’ y qué contertulio era el que más les gustaba y por tanto se llevaba el gato al agua. Un formato que causó gran impresión en la sociedad, fue un fenómeno sociológico. Se hizo algunas tesis doctorales sobre él y de inmediato fue copiado por otros canales, todos tienen ahora formatos muy similares.

Es una persona de larga trayectoria en el periodismo, ¿Cómo llega a Interconomía?

He tenido el orgullo de llevar muchos años en radio y televisión. He sido director de informativos de Antena 3 Televisión en una época muy bonita en la que conseguimos ganar a los de TVE, donde también fui director ejecutivo. En los tiempos aquellos en los que nuestros telediarios tenían unos porcentajes que no recordamos: 30% de share en TVE, los de Antena 3 un 20% y en Tele 5 un 15%. Empecé mi andadura en Cataluña para RNE y fui corresponsal en Londres para la emisora. También fui director en Onda Cero donde hice ‘La Brújula’. Experiencias muy bonitas y envío un saludo a todos los compañeros de tantas redacciones en las que tanto he aprendido. En un momento dado me llamaron del Grupo Intereconomía para ponerme al frente de sus informativos y me pidieron un programa diario, ‘Dando caña’. Fue pionero porque era entre las 12:00 y las 14:00.

¿Quién dio más caña en ese programa?

Utilizamos la expresión de que los españoles lo arreglamos todo en la barra del bar. Yo me sentaba como el barman y tenía un grifo de cerveza y les daba cañas a los contertulios y por tanto a la actualidad. Fue un programa que generó muchos seguidores en esa franja del mediodía, hasta que un momento dado me pidieron que me hiciera cargo del programa insignia de nuestra cadena. Sigo con orgullo y especialmente celebrando el décimo aniversario.

¿Qué diferencias hay entre ‘El Gato al Agua’ y otros programas anteriores que había hecho?

Es una gran responsabilidad. En los más de 30 años de profesión he estado especializado en informativos diarios, en TVE en grandes transmisiones de varias horas como la boda de la Infanta Cristina, por petición expresa de Pilar Miró, el entierro de Teresa de Calcuta o Lady Di. En ‘Dando caña’ me introduje en la tertulia diaria y me sirvió para dar el salto con ‘El Gato al Agua’. Es una gran responsabilidad heredar un programa mítico que lleva muchos años funcionando y con el listón muy alto. Espero haber dado satisfacción a todos los ‘gatoadictos’.

Y mantenerlo al mismo nivel.

Es muy satisfactorio porque los seguidores de ‘El Gato al Agua’ son encantadores con una gran interacción. Además, con las redes sociales es muy rápido obtener su feedback, recibimos muchos mensajes y la gente nos para por la calle.

¿Qué es lo que más positivo que te ha dicho alguien?

Muchas señoras me dicen cuando voy con mi mujer, “usted perdone, pero me acuesto con su marido todas las noches”. A lo que contesto que a la mañana siguiente no se levantarán conmigo. Más allá de todo eso me doy cuenta del grado de aprecio que nos tienen. Hay gente que nos ven todos los días aunque zapeén con otras cosas vuelven para saber que estamos como siempre, les da una cierta tranquilidad. Nos satisface saber que muchos nos buscan para tener un punto de vista que en otros sitios no encuentran.

Hay un estudio en Facebook que dice que la mayoría de votantes del Partido Popular ven ‘El Gato al Agua’.

Con tantos seguidores se puede hacer estudios sociológicos muy interesantes en los que marca los rasgos característicos de los votantes de los partidos políticos. ‘El Gato al Agua’ es el programa favorito de los votantes conservadores españoles.

¿Lo sabe Mariano Rajoy?

No es de extrañar que sea un ‘gatoadicto’ más. La última entrevista que concedió en la campaña de 2011, antes de las elecciones que ganó, fue a ‘El Gato al Agua’. Nos conoce perfectamente y sabe dónde encontrarnos si quiere.

¿Qué opina del ataque a Rajoy en Pontevedra?, ¿se ha abierto la veda después de lo sucedido?

Es lamentable una sociedad que no nos merecemos, carente de valores, respeto y en la que nuestros propios políticos nos dan como muestra la agresividad e insulto y descalificación. Es intolerable, despreciable e ignominioso que un chaval pueda acercarse al presidente del Gobierno y propinarle un puñetazo, es un delito muy grave. Sobre él debe caer todo el peso de la ley, pero el hecho de que sea menor impedirá que se le aplique un delito de agresión a la autoridad. De todos modos espero que el juez tenga a bien ser severo para dar una lección. No se puede tolerar una sociedad que quiera resolver sus problemas a puñetazos.

¿Es culpa de los políticos?

No podemos culpar a Pedro Sánchez por ser ordinario y grosero con Rajoy, ni a Podemos por haber tratado de importar modelos venezolanos y chavistas, aunque tengan parte de responsabilidad. Hemos de culparnos todos nosotros porque los valores hayan quedado orillados, que no busquemos la excelencia en la educación de nuestros jóvenes y que no seamos capaces de darles ejemplo con nuestras actitudes. Deberíamos hacer una profunda reflexión y debate acerca de qué sociedad queremos.

Intereconomía tiene una línea editorial muy marcada, ¿ha sido maltratada por el poder al defender esos valores?

En este país somos muy sectarios y radicales. Intereconomía vino a ocupar un lugar muy necesario en la época del Gobierno de Zapatero, no tuvo ningún complejo al acuñar eslóganes como: “Orgullosos de ser de derechas” y defender la vida, igualdad, libertad y el sentimiento religioso de las personas, entre otras cosas. Nos fue reconocido en aquella época y en estos tiempos no hemos recibido tanta ayuda como habría sido de esperar, pero estamos acostumbrados a luchar solos para defender una sociedad más justa, igualitaria y sobre todo, más libre.

Con el apoyo de Intereconomía a Rajoy y tras ganar las elecciones desde el Gobierno ayudaron al grupo Prisa.

Nada nuevo bajo el sol. Históricamente la izquierda ha sido monolítica y ha protegido a sus medios de comunicación e incluso a sus periodistas de referencia. Se quemaban defendiendo referéndums en una televisión y le buscaban acomodo en otra cadena. La derecha esto lo ha hecho muy mal. José María García acuñó hace muchos años el efecto de Pancho Villa cuando se trató de hacer un grupo más próximo a la derecha y fue incapaz. No nos podemos quejar, pero no podemos esperar que los medios de comunicación vivan a la sombra de los poderes políticos. Justamente nuestra independencia política pasa a veces por pasar malos momentos y no recibir ayudas.

No se trata de recibir ayudas, sino que secundar a quienes defienden otros valores que provoca una sociedad como la que denuncia.

Cuando se vayan a la oposición tendrán que recurrir nuevamente a los marines. Somos útiles en tiempos de guerra pero incómodos en tiempos de paz, nadie quiere fotografiarse con un soldado en ese periodo para que no le confundan con un belicista. Si pierden la capacidad de legislar en esos valores, tendrán que recurrir de nuevo a los marines para defender esas ideas.

¿Imagina que Ciudadanos en vez de pactar con el PP hiciera un tripartito?

Sería un gravísimo error por parte de Albert Rivera, pero él es soberano de sus decisiones. El pueblo español y sus votantes no lo entenderían.

Vivimos en un país políticamente correcto donde hay gente que puede decir lo que quiera sin reproche público y lo que antes era lógico ahora prácticamente es tabú. ¿Por qué?

No lo sé y debería invitarnos a una reflexión. Es una pena que no tengamos unos parámetros sociales igualitarios y libres dentro de las normas de convivencia establecidas. Pablo Iglesias en un foro público dijo: “os pido perdón por no haber partido la cara a los fachas de Intereconomía cuando he ido a ‘El Gato al Agua’ porque me lo reprocháis, vamos a dejarnos de mariconadas y vamos a salir a aplicar la justicia proletaria a la gente”. Una frase como esa dicha por él no genera ningún tipo de reacción. Sin embargo si cualquier persona de otra ideología hubiera utilizado la expresión “mariconadas”, le habrían acusado de utilizar una palabra sexista y discriminatoria. Por “partir la cara” de violento y si hubiera dicho “vamos a salir a aplicar la justicia proletaria”, le habrían replicado que está llamando a la confrontación. ¿Por qué hemos llegado a este punto?, porque la izquierda más radical se ha querido apropiar de una serie de conceptos e ideas que utili
za fácilmente en contra de otros que no son de su ideología pero que no se aplican a sí mismos. Habría que hacer una segunda transición española para llegar a la normalidad social y desterrar ese tipo de complejos.

El primer programa de Pablo Iglesias en una televisión nacional fue en ‘El Gato al Agua’, ¿qué recuerda de sus primeras intervenciones?

Su primera aparición en televisión fue en abril de 2013. Hasta entonces hacía ‘La Tuerka’ de Telek en Vallecas y nunca había estado en una televisión nacional. Con motivo de la iniciativa ‘Rodea al Congreso’, un colaborador nuestro, Fernando Díaz Villanueva nos dijo que conocía una persona que le llamaba a ‘La Tuerka’ para dar el punto de vista de la derecha. Entonces invité a Pablo a que nos hablase de las iniciativas ciudadanas y del 15M. A partir de entonces fue invitado en varias ocasiones, enfrentándose con Federico Jiménez Losantos, Alejo Vidal Quadras, Fernando Paz, Eduardo García Serrano. Tuvo ocasión de explicarse y pudimos hacer una confrontación de ideas democrática, plural y abierta.

Pablo Iglesias expresó que llegaba a “territorio enemigo”.

Le presenté como profesor de políticas de la Complutense y dijo que “es un placer traspasar las líneas enemigas y encontrarme en territorio hostil”. A lo cual le contesté, “señor Iglesias, en absoluto es muy bienvenido para confrontar dialécticamente”. Creo que él venía muy asustado pensando en que iba a entrar en una caverna en la que iba a ser atacado y le dejamos hablar en libertad. Algunas personas me han reprochado que era el culpable de encumbrar a Pablo Iglesias y en absoluto. Nosotros en Intereconomía no tenemos miedo a la libertad, somos capaces escuchar los puntos de vista de cualquiera y rebatirlos con argumentos dialécticos sin necesidad de violencia. No soy el culpable, sino el que lo haya votado.

Hubo medios de comunicación que no solo le dieron paso, sino que han hecho de su ideología la editorial de toda su programación como en La Sexta, con un ataque al PP que rescató a ese medio.

Los medios de comunicación han de tener libertad de establecer su línea editorial. No pasa nada por reconocer que un medio de comunicación es de derechas o izquierdas. En EEUU es muy normal y en el Reino Unido los periódicos piden el voto para un partido o para otro en elecciones. No es malo siempre que se respete la convivencia o las normas de orden social y el respeto a los demás. En ‘El Gato al Agua’ no hemos tenido miedo de invitar a cualquiera que venga, han pasado ministros del PP, altos dirigentes de Ciudadanos, el creador de Podemos y gente del PSOE e IU con varias responsabilidades.

Albert Rivera solo tenía cabida antes en ‘El Gato al Agua’.

Cuando hacía ‘Dando caña’ era contertulio habitual todos los viernes. Ahora anda mucho más ocupado, cuando empezó a estarlo tuvimos entre nosotros a Inés Arrimadas, Carolina Megías, Luis Salvador, muchos de Ciudadanos, Begoña Villacís empezó como tertuliana en ‘Mas se perdió en Cuba’ con Xavier Horcajo y luego estuvo con nosotros en ‘El Gato al Agua’.

‘El Gato al Agua’ se ve mucho en Barcelona. ¿Un catalán como tú no siente tristeza de lo que sucede con los nacionalistas?

Siento una profunda tristeza y gran consternación. Mucha gente cuando habla de lo que está ocurriendo con los separatistas tratan de enfocar el problema con ruptura de Cataluña con respecto a España. No se dan cuenta que la fractura se produce dentro de Cataluña, fractura social entre los catalanes, no todos pensamos igual. Como soy profundamente catalán y amo Cataluña, soy español y amo España, mi país y mi nación. No tengo ningún complejo de manifestarlo públicamente y hay mucha gente como yo en Cataluña, aunque su voz ha sido acallada en los últimos 30 años por ese rodillo secesionista de gente que decía que defendía una idea política en favor de una nación. Ahora descubrimos que era por enriquecimiento de su bolsillo que quieren una independencia para tener sus propias instituciones judiciales controladas y que no tengan que dar explicaciones a otros. La corrupción de Cataluña explica claramente el interés para independizarse y no estar sometido a controles de la nación española, más de uno debería dar explicaciones.

Parece que no hay decisión clara de los políticos en contra del nacionalismo.

Quisiera romper una lanza en favor de Albert Rivera que ha hecho una excelente labor en Cataluña, ha defendido la unidad nacional y ha alzado la voz para que encuentren su sitio los catalanes no nacionalistas. También quisiera destacar al PP catalán que ha tenido que hacer difíciles equilibrios porque su partido nacional tenía que hacer pactos en el Congreso que limitaba su acción en la oposición. El PSC siempre ha flirteado con el nacionalismo o el federalismo transversal. La extrema izquierda que no tiene que tener una definición propia en Podemos de separación de la unidad nacional apoya el derecho a decidir, que es una falacia para amparar referéndums ilegales. PP y Ciudadanos son garantes de la unidad nacional.

España es el único país donde un niño no puede aprender español en una escuela pública y no solo en Cataluña, sino en País Vasco, Baleares y en breve en Valencia. ¿Cómo no se ha cambiado esta situación?

En Cataluña la inversión lingüística en catalán ha sido desautorizada por el Tribunal Supremo y Constitucional, sentencias que no han sido acatadas por la Generalitat. El Gobierno debería haber sido más contundente y por ampliación proteger los derechos de los españoles en Valencia y Baleares, donde se está produciendo un fenómeno brutal. Ya ni siquiera es un fenómeno nacionalista balear de mallorquines y menorquines, es un pancatalanismo que trata a las Baleares como un territorio conquistado y pretende hacer lo mismo con la Comunidad Valenciana. ¿Cómo es posible que haya gente que se sume a eso y no se sientan sometidos por ese imperialismo catalán? Un poco más de contundencia sería bienvenida.

Un partido político que ataca la unidad nacional debería estar prohibido por ley.

Sí, como en Francia. Si uno de nuestros principales patrimonios es nuestra unidad nacional, defendámosla todos y si alguien quiere hacer algo en contra de ese patrimonio ilegalícese, no tendría ningún complejo.

Hay comunidades autónomas que se han llevado 200.000 millones de rescate de todos los españoles. ¿La estructura como Estado se puede mantener o se debe limpiar para que el ciudadano no sea agobiado con tantos impuestos?

La estructura que tenemos ahora es insostenible. Las reformas más importantes que debería acometer el próximo Gobierno es aligerar el peso de la estructura del Estado. Hay gente que dice que hay que liquidar las Comunidades Autónomas, es difícil y quizá no hay que llegar a ese extremo. Es un ordenamiento jurídico del que nos hemos dotado aunque en su día se habló del “café para todos”. Mantengámoslas pero reduzcamos el aparato que tienen, el número de funcionarios, prebendas y limitar sus competencias, devolviendo algunas al Estado central e impedir que abran Embajadas en el extranjero como en el caso de Cataluña.

Uno de los valores más defendidos por ‘El Gato al Agua’ es el derecho a la vida, ¿por qué el PP no ha tenido valor de cumplir su promesa de cambiar una Ley que trata el aborto como un método anticonceptivo?

Es un tema curioso. E el Gobierno de Zapatero se aprobó la Ley Aído que daba barra libre al aborto e incluso permitía que las menores hasta 16 años pudieran abortar sin consultar con sus padres. Fue un escándalo y el PP presentó un recurso de anticonstitucionalidad. Llama la atención que en el Gobierno con mayoría absoluta no haya reformado la Ley, esperamos que volviera a la del 85, que aunque tuviera sus coladeros establecía que el aborto es un delito y es penalizado. En España nunca una mujer ha ido a prisión por practicar aborto de ningún tipo. Este tema ha generado disensiones en el seno del PP y algún grupo de senadores y diputados ha manifestado su intención de no apoyar la reforma de la Ley por el PP que ha sido mínima. Eso le puede pasar factura ya que algunos electores no entienden por qué no se ha resulto ese asunto.

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