Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Jenny and The Mexicats: «Los artistas eran intocables en los años 50 y eso se ha acabado»

jenn.JPG

Hace calor, mucho calor. Son las cinco de la tarde y bajo la sombra de la terraza de una cafetería de la capital nos citamos con el grupo Jenny & The Mexicats. Allí encontramos a los mexicanos: Luis Díaz (Icho), el contrabajista, así como a Alfonso Acosta (Pantera), que es el guitarrista, quien cumple 30 años y está probando una guitarra del hermano del madrileño David González, que se encarga de la percusión. Echamos en falta a la vocalista de origen londinense, Jenny Ball, que por culpa de un fallo mecánico tuvo que bajar del avión que le traía a España desde su tierra y no llegó a tiempo para la entrevista.

Se presentan exultantes, tras tocar en ciudades como Sevilla o festivales como Tom de Festa de Tondela (Portugal) o el PortAmérica de Nigrán (Pontevedra), el 30 de julio desembarcarán en la Sala Independance de Madrid. Ya tocaron en mayo en la Sala Galileo y Fnac de Callao, pero ahora llegan para la puesta de largo más comprometida de su último trabajo ‘Frenético Ritmo’, que acoge una selección de temas de sus dos últimos LPs. Para el disco han pensado mucho en el público español y han incluido éxitos como ‘Me voy a ir’ y ‘Me duele al caminar’, “me parece un tema excelente”, opina Pantera, «porque en España puede gustar esta balada que cantan Jenny y David y tiene un poco de todo”.

Sus influencias van desde Paco de Lucía hasta Muse, su estilo es flamenco, mariachi, folk y cumbia y el público de sus conciertos comprenden edades desde los 25 hasta los 60 años. La base del grupo es que “sonamos a nosotros, experimentamos manteniendo la esencia de nuestros instrumentos, fusionar los ritmos”, explica David, que aclara que “no intentamos hacer flamenco ni ser los maestros de la cumbia, es un homenaje a lo que nos gusta”. En este proceso, el público madrileño encontrará en el concierto de Independance una hora y media de show con temas muy arriba. Tras haber recorrido la práctica totalidad de las salas madrileñas y haber tocado hace años hasta en el Festimad, regresan a la capital para mostrar la madurez de la formación. En México se dieron a conocer porque sus temas calaron en el público y no paraban de sonar en la radio, ahora buscan que el boca a boca funcione en España.

Unidos por el flamenco

Jenny and the Mexicats surgió en junio 2008 y se llamaba ‘Los pachucos y la princesa‘, “sonaba muy gayer ¿no?”, dice Pantera. La realidad de todos ellos era muy diferente, pues Pantera regentaba el tablao flamenco Las Carboneras de la plaza Conde de Miranda, allí trabajaba Icho poniendo luces y sonido. Y en ese mundo conocieron a un chico de Alcorcón, David, que unió su percusión a la guitarra de Pantera y “nació la copla perfecta”, coinciden ambos. Entre las fiestas y juergas llegó un día Jenny a España para cantar con una orquesta. Le llevaron a conocer las raíces de la música española y recayó en Las Carboneras. Al medir 1.80 la cantante no suele usar tacones, pero ese día coincidió que sí y tras sentirse dolorida pidió una tirita a Pantera. Caña tras caña todos empezaron con el grupo e iniciaron su andadura en el festival británico Wonderland. Tras varios conciertos en el Ave Fénix de Malasaña y vivir por temporadas en Londres y Madrid, viajaron a México donde triunfaron en tres años.

Han pasado 7 años y el grupo “ha madurado mucho musicalmente, la locura de cuando empiezas que lo único que pretendes es divertirte ha pasado”, índica David. Esto no quiere decir que dejen de pasarlo bien en sus conciertos, sino que ahora están más preocupados de la parcela empresarial de coordinar viajes, estrategias de discos y videoclips, pues no trabajan con una gran discográfica que les respalde. En ese proceso de madurez “hemos aprendido a distribuir nuestros roles y la manera de componer, cuando fuimos por primera vez a un estudio era como una experiencia y ahora es más mecánico”, expone Icho. Con más experiencia todos admiten no haber dejado de aprender y de eso les ha valido no haber tomado vacaciones desde que empezaron con el grupo. Y en su exploración por Europa, Jenny and The Mexicats están listos para tocar donde les propongan.

La mejor escuela de este grupo fue sus primeros años en bares españoles sin técnicos de sonido, donde el grupo tocaba en ocasiones para 15 personas, con las que posteriormente se podían ir de fiesta. En una furgoneta iban de pueblo en pueblo, ellos mismos hacían los carteles y vivieron durante un año y medio de vender sus discos en aquellas actuaciones. Esa cercanía con el público no la pierden y están en contacto con ellos en redes sociales, sobre todo en Facebook y Youtube. “Conocemos a algunos de nuestros fans por sus nombres”, confiesa Icho, quien sentencia que “en los años 50 los artistas eran intocables y eso se ha acabado, somos seres humanos y no dioses”. Un ejemplo de su exposición en Internet son sus mascotas, Pantera ha mostrado a su nuevo gato que se llama Tianguis (Tea&Geese) y Jenny tiene dos perros, un maltés y un dogo de Burdeos que responden a los nombres de Sasha y Esteban. “Son parte de nuestra vida”, asiente Pantera, algo que influye en su proceso creativo, pues algunas de sus canciones tienen gran influencia de estos animales.

No han destruido la marcha de Madrid

Al carecer de discográfica el grupo fundó su propio sello Mexicats Records y disponen del estudio RG en México, que cuesta 13 millones de dólares, gracias a sus contactos y diversas alianzas. Recientemente han iniciado sesiones, una de ellas fue con el artista mexicano, Juan Solo, “hacemos varios de sus temas a nuestro rollo y sin horas de tiempo puede cantar y recibe promoción de su trabajo”, resume Pantera. La banda busca que estas sesiones mexicats en RG Studio sean de artistas de peso en aquel país y españoles que quieran exportar su música allí. De hecho tienen amistad con algunos como Niño de la Hipoteca “es gran colega”, Mister Kilombo o La Shica, entre otros, “juntarnos para hacer arte y música con la oportunidad de hacerlo en un gran estudio”, indica Pantera.

En esos viajes de España y México, los chicos de la formación admiten que entre el calor y el sueño cambiado viven más de noche que de día. Los mexicanos vivieron en España 10 años y David contempla ambos países como sus casas. Lo que más le gusta a Pantera de Madrid es “la facilidad para liarte de fiesta, tiene mucha marcha que no han destruido del todo, a pesar de que de 10 años para acá el Ayuntamiento se ha encargado de quitar licencias y dificultarlo todo”. David cree que en la capital “se respira un cambio, venimos dos veces al año y ahora se nota más actividad”. Por su parte, a Icho lo que más le gusta es la comida, “vivía cerca de la plaza Mayor en un sexto sin ascensor y hay todo y muy bueno a la hora que sea”. En este sentido, Icho agrega que “en un restaurante en España a las 17:00 es tarde para comer, porque te dicen que de primero fidehua y de segundo lo mismo y en México no”.

En cuanto a su trabajo se muestran optimistas, se quedan sin vacaciones en España y volverán en diciembre para actuar en salas y previsiblemente en más festivales de cara al año que viene. En México les costó tres años triunfar y en España esperan que menos y “depende al 100% de nosotros”, apunta Pantera. Por eso confían en que en conciertos como el de Independance sirva para dar a conocer su potente directo y demostrar que Jenny & The Mexicats no está de paso y viene para quedarse por mucho tiempo.

Loading

Loading

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

el distrito tv

lo más leído

Lo más visto

Scroll al inicio