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“Las residencias son mecanismos sociales insustituibles”, Miguel Durán

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El abogado invidente Miguel Durán Cam-pos, ha visitado los estudios de Inter Radio para participar en el programa Escaleras de la Dependencia, dedicado a los profesionales de la dependencia y la discapacidad, así como a sus usuarios. Concretamente este 2012 ha sido declarado como Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional. 12 meses en los que, a través de diferentes iniciativas, se intentará promover la creación de un envejecimiento activo y saludable en el marco de una sociedad que esté adaptada para todas las edades.

Miguel Durán es ahora propietario de una residencia de la tercera edad. Razón por la que su visita al programa ha servido para dar un repaso a la situación actual de estos equipamientos.

Generalmente, las residencias han tenido  connotaciones negativas para muchas familias que ven el dejar allí a sus mayores como un abandono. ¿Qué imagen tienen ahora estos centros?
La tendencia actual es que las personas que llegan a la residencia lo hacen porque éstas no se pueden valer por sí solas. En nuestra residencia hay algún caso de personas que se valen por sí mismas, pero lo normal es que estos mayores vivan en casa o en su entorno social hasta que ya están peor y se llevan  a la residencia. Así, éstas quedan para la fase de su vida en la que necesitan un alto nivel de asistencia profesional, de enfermería, médica, de gerocultura…

¿Qué es lo que tiene que ofrecer una buena residencia? 
Tenemos que conseguir darles a esas personas una vida placentera, de confort, que coman bien, que estén atendidos en todo lo que necesiten, que haya un equipo médico dentro de la residencia que esté atento a todas las necesidades que tienen en el día a día, y que favorezca el contacto del residente con la familia. Nosotros casi exigimos que las visitas a los residentes sean muy frecuentes. Por otro lado, hay muchas actividades lúdicas, e intentamos que haya un buen ambiente entre todos los residentes, favorecer el compañerismo y sobre todo que haya un personal muy cualificado. 

¿Cómo ha afectado la crisis económica a este sector?
En el momento económico actual hay muchas restricciones por parte de los poderes públicos que afectan a la ley de la dependencia. Por eso los empresarios privados y los que se dicen que son sin ánimo de lucro, debemos intentar que, a pesar de que los poderes públicos tienen menos dinero para las residencias, que ese dinero se administre bien y que llegue a las mayores personas posibles. En ese punto, creo que la confederación española de organizaciones de mayores también tiene un papel importante, haciendo que los poderes públicos no olviden la ayuda a los mayores. El 20 N el presidente Rajoy dijo que no se iba a olvidar de los más desprotegidos, por lo que espero que cumpla la promesa. 

¿Tiene que tener algún requisito especial el  profesional que quiera trabajar en una residencia?
En nuestro centro hay 98 trabajadores para atender a 176 residentes. Te llega gente que no tiene ni la cualificación ni la vocación necesaria para realizar este tipo de trabajos. En ese sentido ni mi hijo, que es el gerente, ni yo, tenemos el más mínimo miramiento. Si vemos a alguien que no cumple los requisitos de vocación, dedicación y entrega, preferimos indemnizarle y que se vaya a la calle. Esto no es como poner tornillos en una cadena de montaje, en este trabajo se trata con gente, y personas que tiene muchas necesidades. Si no se tiene esa dedicación, más vale que no se meta en este tipo de trabajos. 

¿Cuáles son los indicios que puede tener una familia para saber si una residencia funciona bien o no?
Es fundamental que la familia tenga libertad para acudir a la residencia a cualquier hora del día. La residencia que limite las horas de visita, cuidado, porque no es una fórmula adecuada. Ahora, la mayor parte de las residencias son muy profesionales, hemos desterrado la palabra asilo, que nos recuerda a las acciones de las órdenes religiosas que acogían a las personas extremadamente desprotegidas. Ahora las residencias no son así, son mecanismos de servicios sociales insustituibles, pero las familias tienen que estar al tanto de lo que sucede para que no les den gato por liebre. Una residencia tiene que dar bien de comer, tener una higiene perfecta, facilitar las actividades de la vida diaria de cada residente, que se adapte a cada persona para que pueda desarrollar su vida de una forma confortable. 
 

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