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La Sonrisa de Julia: «Si pudiera volver a apuntarme a la Escuela de Música Creativa de Madrid volvería a hacerlo»

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¿Cuáles son las sensaciones con respecto a la gira de vuestro último disco ‘El viaje del sonámbulo’?

En verano vivimos más aislados, tocamos más en primavera, otoño e invierno que en verano. Respecto la gira nos queda la mitad. Somos un grupo pequeño que sigue creciendo poco a poco con cada disco que sacamos. Es de agradecer que con la crisis sigamos vendiendo un poco más de entradas en nuestros conciertos.

Grupo pequeño que en 2003 ganó el certamen Villa de Madrid. ¿En qué os cambió la vida?

¿Pequeño comparado con quién? Prefiero considerarme más pequeño que grande porque así no pierdo la ilusión. Nos cambió la vida a nivel de confianza con nuestro primer disco y ya han pasado diez años.

¿Cómo no se pierde la ilusión?

Disfrutando de lo esencial que es tocar. Relacionarte con tus compañeros de grupo a través de un lenguaje que no es verbal, de la inquietud por crear nuevos shows, discos, canciones. La relación desde un escenario con mucha gente que no conoces a la vez, con eso disfrutamos mucho.

Los miembros de La Sonrisa de Julia os conocisteis en la Escuela de Música Creativa de calle de la Palma en Madrid. ¿Qué queda del inicio?

Prefiero que queden las ganas y la ilusión por la búsqueda de nuevas melodías. Nos consideramos buscadores errantes y viajando por el país. Realmente no sé lo que queda porque es otro tipo de ilusión y ganas.

¿Qué recuerdas de esa etapa?

Aprendí muchísimo y conocí muchísima gente que iba a lo mismo que yo a Madrid, a aprender y llevar sus proyectos, como en mi caso desde Santander. Recuerdo el nombre de profesores como Arturo Lledó, de origen brasileño que me enseñó guitarra, la profesora de armonía, Eva Gancedo. Por supuesto, mis compañeros Raúl y Curro con los que tocó en Arenal.

¿Recomendarías a los jóvenes que se quieren dedicar a la música que acudan a esa escuela madrileña?

Si sigue como hace años me parece buena opción. El lenguaje musical se puede educar con un profesor, en una escuela, hay muchos métodos. Que siempre se consideren aprendices, por eso lo que decía anteriormente de grupo pequeño. Siempre seré un novato, aunque me subiera por primera vez a un escenario con 14 años y hace dos semanas haya cumplido 36. Si pudiera volver a apuntarme a la Escuela de Música Creativa de Madrid volvería a hacerlo.

En vuestro disco ‘Bipolar’ de 2008 colaboró Iván Ferreiro que tocará en Arenal Sound, ¿qué opinión te merece?

Es uno de los artistas más valientes de este país, pero el serlo implica mucho. Un artista creativamente tiene que ser valiente, para no estancarse.

Después de varios conciertos online, ¿tenéis pensada alguna iniciativa más en Internet?

Seguro que si, a través de Twitter por ejemplo se pueden hacer muchas cosas. En 2013 ya lo hemos hecho. Con una botella de vino, un perrito, Raúl y yo tocando para nuestros seguidores. Una velada curiosa con la gente conectada que hacía preguntas, con humor y música.

¿En qué se diferencia ‘El viaje del sonámbulo’ de vuestros trabajos anteriores?

Es un disco más profundo cuya fuerza viene por otros lados, la intensidad emocional. Hacía tiempo que queríamos hacer algo así, un disco más onírico y consciente.

Desde enero ya se pudo escuchar en Spotify vuestro primer single ‘Muévelo’, ¿estás de acuerdo con esta plataforma?

Componer y tocar son dos cosas esenciales para vivir. La música también es un negocio, lo digo sin ningún tipo de connotación o reparo, vivo de esto e intento vivir bien. Soy partidario de que la música la pague quien pueda porque hay que valorar las cosas. Lo que me interesa es que mi trabajo llegue a la gente y si es a través de Spotify pues bien. No lucho contra quien descarga la música gratis a través de otras plataformas, prefiero gastar la energía en el escenario.

¿Pensabas lo mismo cuando empezaste a formarte en Madrid?

Entonces ya sabía que había una industria musical y un negocio, lo que pasa es que esta palabra en nuestro país tiene una connotación peyorativa, se puede tener pero depende de cómo se haga. Vivimos en un mundo en el que nos damos cosas a cambio de dinero. Si el alquiler de mi casa, la gasolina y comida fuera gratis daría también mis conciertos es gratis.

¿Qué tal la nueva incorporación al grupo Mario de Inocencio con la guitarra eléctrica?

Espectacular. Es el primer músico en muchos años que se acopla a esta banda de una manera fluida. Como persona es increíble y como músico encaja perfectamente con la banda.

¿En qué consistió la iniciativa Livetheroof?

Son actuaciones en terrazas que organiza nuestro amigo Antonio Romero. Conciertos en azoteas que hemos hecho en Málaga y Sevilla para un centenar de personas.

Tocas en Arenal Sound en el escenario Coca Cola junto a la playa, ¿aprovecharás para darte un baño?

Soy del norte y me baño en playas donde el agua está más fría. Vengo a pasármelo bien y a que la gente también lo haga mientras disfruto en el escenario.

El 9 de mayo ya actuasteis en la Joy Eslava, ¿cuándo os volveremos a ver por Madrid?

Es posible que este año vayamos a una sala en la que no hemos tocado y nos gustaría tocar y nos da muy buena onda, que es la sala El Sol.

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