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“Ya he dado lo que tenía que dar”

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Semen-up, Amistades Peligrosas, Pop Tour y Nuevas Amistades. Todas llevan el inconfundible sello de Alberto Comesaña; un cantante que además de formar parte de la historia musical española es un artista capaz de transmitir alegría, sentimiento, mensaje y ganas de pasarlo bien. Sus canciones son retazos insustituibles del pasado pero también parte activa del presente. Cierto es que el frenético ritmo de épocas anteriores se ha visto progresivamente desplazado por una tranquilidad más madura. Sin embargo, los cuarenta conciertos que se prevén para este año no perderán su frescura, no perderán su personalidad, pues la música de Alberto Comesaña, de la persona y el artista, no cambian con el paso del  tiempo.

¿Músico se nace o músico se hace?
Yo músico no nací. No vengo ni de familia de músicos ni he estudiado música por lo tanto diría que músico se hace. Otra cosa es que de la genética te venga la capacidad de oír bien, el oído se tiene o no se tiene, y también que tengas la facultad de  poder transmitir, algo que no todo el mundo es capaz. Pero yo creo que el músico se hace con el tiempo.

¿Cuál es el día a día de Alberto Comesaña? ¿Huye de la monotonía?
Hasta ahora mi vida ha sido un poco bohemia, es decir, que no respondía a horarios ni a rutinas cotidianas. Pero desde que eres padre de familia no te queda otra que levantarte a las ocho de la mañana con tus hijos, vestirles, darles de desayunar y llevarles al colegio todos los días; y esa rutina ya te impone que tu cabeza esté dividida en varios sectores: el padre de familia y el músico. Y a partir de ahora no va a estar dividido en dos sino en tres, pues se le suma el nuevo trabajo en la Concejalía de la Juventud de Boadilla. Con lo cual, ya vamos sacando cada vez más parcela al músico. Como músico, ya he dado lo que tenía que dar. Llevo 25 años viviendo de la música, estoy muy orgulloso de todo lo que he hecho, pero lógicamente ya está llegando a su fin. Es de alguna forma el Pop Tour lo que me mantiene todavía vivo ahí.

¿Cuál fue la locura más grande que recuerdas haber hecho?
¿Locuras?, muchas. Pero vamos, que locuras va asociado todo a la carrera de Semen-up. Era un época que me pilló de los 24 a los 28 años: muchas noches sin dormir después de un concierto, desmadrando por el pueblo donde acababas de tocar y llegando a las diez de la mañana al hotel para coger la furgoneta que te llevaba de vuelta…

¿Echas de menos a ese chico gamberro de Semen-up?
Sí, lógicamente. Lo malo que tiene hacerse mayor es que caes en los topicazos de los que siempre has huido. Uno de ellos es que ojalá con 18 años supiese lo que sé ahora con 46, aunque ahora con 46 a uno le gustaría tener el cuerpo de los 18. Pero bueno, no me puedo quejar.

Has trabajado en la música, en la radio, en la televisión. ¿Hay algo que se te resista y que te gustaría hacer?
Yo he trabajado en el año 92 en un programa de videoclips junto a Cristina del Valle en la Primera. Pero me quedé con las ganas de que me hubieran elegido a nivel nacional como presentador porque es mi vocación primera. Si algún sueño tuve de niño ese fue ser presentador de un programa. Y sólo lo conseguí en Galicia, no pudiendo cumplir, por ahora, ese sueño que es a nivel nacional. Además el gallego nunca ha sido mi fuerte…

Un músico, al igual que un escritor, un pintor… ¿es realmente consciente de lo mucho que puede transmitir, y en cierto  sentido, influir a la gente?
A priori uno no se lo plantea. Yo hago las canciones para mí, no voy pensando en si va a ser un hit o si va a influenciar o no a alguien. Hago canciones que me gusten, que me emocionen y que me apetezca escucharlas mil veces, porque al fin y al cabo de eso es de lo que se trata: que cuanto más la escuches más te convenza. Si le gusta a la gente, maravilloso. Cuando te dicen que gracias a ti se han reconcialiado, han hecho el amor o se han enamorado es algo que te reconforta mucho. Y luego con el tiempo te  das cuenta que realmente el trabajo de un músico sí tiene mucho poder de penetración en la gente, y por lo tanto hay que cuidar y mimar el lenguaje.

¿Y ahora que proyectos te atañen?
La gira del Pop Tour es el proyecto estrella de este año a nivel musical, ya lo fue el año pasado. Pero yo no renuncio si me siguen contratando por el espectáculo de Nuevas Amistades, no tiene nada que ver con el resto: son monólogos más bien sesudos sobre como llegar a alcanzar la felicidad. Otra línea es la Casa de la Juventud, que me va a llevar mucho tiempo. Mi trabajo consistirá en organizar eventos musicales de nuevos grupos, de estructurar una fonoteca que tengo que surtir de unos 500 discos, voy a llevar unos locales de ensayos, también tengo que llenarles de material de sonido y llevar el horario…eso me va a llevar mucho tiempo, con lo cual trabajo va a haber.

¿Qué opinión te merece el nuevo canon de la SGAE?
Mi opinión está dividida. Como miembro de la SGAE me parece lógico que se intenten aplicar medidas contra lo que ya es imparable. Lo que se cobra del canon por los derechos de descarga son ridículos, estamos hablando de una cantidad que no representa para nada lo que tú te puedas llegar a descargar. En los seguros de los coches, por ejemplo, hay un canon que se paga para sufragar los accidentes cometidos por gente que no lleva seguro. ¿Por qué si yo tengo seguro tengo que pagar ese canon? Y ahí la gente no se queja… Como usuario te diría por un lado legalizar la piratería y por otro: ¿por qué si yo no descargo nada me tienen que aplicar un impuesto?. Yo comprendo las dos posturas.

Tu página web la mimas mucho. ¿Cómo surgió la idea?
La página web surge como una plataforma donde cuentas los proyectos que hay, los lanzamientos discográficos, novedades…Y luego el foro, al principio no era muy partidario de tener uno, fue una cosa que me convenció el web master, pero que luego al final me gustó. Ese contacto directo a preguntas directas hace conocer quizá el lado más humano de uno.

Y el futuro… ¿cómo lo ves? ¿Hasta el final con las botas puestas?
Renunciar a subirse a un escenario es muy difícil porque es una de las sensaciones más placenteras que hay. Lógicamente, la existencia de otras ocupaciones te come espacio. Además, hace ya como cuatro años que no compongo una canción; no siento la necesidad de ponerme delante de un papel. Puede que dentro de 10 años se me vuelva a encender, encuentre algún músico, y demos con alguna fórmula que nos emocione. Lo que sí te pide el cuerpo es empezar a organizar cosas para que otros que vienen detrás se beneficien de lo que yo ya sé hacer.

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