Minutos después deciden llevar al niño al Hospital Ramón y Cajal, pero “me aconsejaron que tomara un taxi o fuera en mi vehículo propio argumentando que una ambulancia iba a tardar demasiado”, explica López. Sobre las 12.10 horas, la madre y su pequeño llegaban al hospital donde, tras realizarle al menor una inspección de las pupilas y un TAC, determinaron que era necesario operarle “a vida o muerte. Por suerte -continúa López- tras la operación, el niño no ha tenido ningún efecto secundario y está bien. Le estoy eternamente agradecida al hospital”.
Tras lo hechos, la madre del pequeño Alejandro escribió una carta de reclamación, tanto a la Consejería de Educación -para quejarse de la atención recibida en la guardería- como al Defensor del Paciente -para denunciar la falta de ambulancias-. La Consejería respondía que Mi casita cumple con todos los requisitos: autorización del centro, titulación académica del profesorado, relación numérica alumno-profesor, instalaciones docentes y número de puestos escolares.
En cuanto al Defensor del Paciente, ha alegado que “quizás se puede decir que la actuación no fue del todo acertada, pero no se pretendía negar una ambulancia, sino que se aconsejaba un traslado por sus medios para no perder tiempo”.
López ha mandado recientemente también un escrito al Colegio de Médicos del que aún espera contestación.
Por su parte, EL DISTRITO, ha preguntado a la directora de la guardería sobre el asunto. Esta ha lamentado el accidente y ha asegurado que el pequeño Alejandro “fue atendido rápidamente”. Además, comenta que el centro, tal y como especifica el escrito emitido por la Consejería de Educación, “cumple con la normativa vigente”.