La larga batalla, desde hace seis años, de cuatro comunidades de vecinos colindantes al edificio del Palacio de Hielo, en la calle Sicélidas, por fin ha terminado a su favor. Un juez del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 13 ha ordenado la demolición del edificio, por haberse saltado la ley en varios puntos de los Planes Generales de Ordenación Urbana de 1985 y de 1997. Así, el denominado Palacio de Hielo que, en realidad hace más las veces de centro comercial que deportivo, excede en dos plantas (son 5 y deberían ser 3) la altura permitida por ley.
La pista de hielo tan sólo ocupa el 1,8% de la superficie total del edificio, y en cambio hay 60 locales comerciales, una bolera y decenas de restaurantes; además, también ocupa casi el doble de la superficie edificable e infringe el régimen de uso, ya que estaba concebido para uso deportivo y social preferentemente e invade las zonas verdes.
La negra historia de un edificio
Este edificio ya comenzó su andadura allá por 2003, con la oposición del PSOE al gobierno de Álvarez del Manzano, con respecto a su construcción. Denunciaban infracciones en la edificabilidad. En 2004, se clausuraron seis locales y dos torres de refrigeración por exceso de ruido. Y por fin, en 2009, los vecinos ganan su lucha que ya pusieron de manifiesto en 2005, con la ayuda del PSOE, al intentar recurrir las obras.
El Ayuntamiento responde
El vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, ha afirmado que el gobierno municipal apelará la sentencia que ordena la demolición del Palacio de Hielo porque: “aunque hay vecinos que han protestado por las molestias que ha podido causar la instalación, hay otros muchos que están encantados con las posibilidades de ocio que tiene”.
Por su parte, la concejal de Hortaleza, Elena Sánchez Gallar, hizo referencia a este tema en el pleno del distrito del pasado mes de mayo y comentó que “se han ejecutado las sentencias que son competencia de la Junta Municipal; y por ello, se han retirado las máquinas recreativas instaladas sin licencia en los pasillos de evacuación”. Además, reconoció que “aún quedan cuestiones pendientes con locales ubicados en superficies no computables, como la farmacia o el Supercor”.
