El concejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, se ha reunido hoy con el presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid (AEHM), Antonio Gil, en una primera toma de contacto para abordar las necesidades de esta entidad y la forma de canalizar el trabajo conjunto con el Ayuntamiento. La AEHM agrupa a unos 300 establecimientos en la capital, entre ellos todos los de cinco estrellas y la mayoría de cuatro y tres estrellas.
Sánchez Mato ha solicitado la colaboración a esta asociación para diseñar una auténtica estrategia específica y profesionalizada. “Si Madrid funciona como destino turístico”, han coincidido ambos, “también lo harán la economía y el empleo, de manera que todos los sectores se benefician”.
Sobre la mesa se han puesto asuntos como son la necesidad de una promoción turística internacional única de Madrid desde las administraciones regional y municipal; la gestión de dicho impulso por profesionales; y la apuesta para que la metrópoli se afiance como gran destino turístico, ya que cuenta con argumentos más que suficientes por su oferta cultural, gastronómica, artística y de compras.
En este sentido, el concejal ha defendido una postura a favor de la participación de “todos los actores” que tienen algo que decir desde el punto de vista de la economía y el turismo en la capital, para que se produzca un cambio real en dicha estrategia. “Vamos a trabajar por conformar una estrategia global para que el turismo beneficie a la ciudad”, ha subrayado el Carlos Sánchez Mato.
Viviendas de uso turístico
El concejal Sánchez Mato y el presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid también han abordado el problema de la ‘economía sumergida’ derivado de la utilización de viviendas privadas para uso turístico sin una adecuada regulación, algo que preocupa a la AEHM.
Al no tener que cumplir las exigencias a las que están sujetos todos los establecimientos hoteleros reglados, Antonio Gil asegura que está perjudicando la identidad de los barrios (encarecimiento de alquileres, desplazamiento de los vecinos por las molestias que ocasiona) y el empleo. Además, provoca una clara evasión fiscal y carece de todas las garantías de seguridad e higiene.
Para el responsable de Economía y Hacienda, claramente no se trata de una “economía colaborativa ni social por la que sí que apuesta el Gobierno municipal, sino de un negocio”, de manera que se analizará esta situación para buscar soluciones.
