El propio concejal presidente del distrito Centro, Jorge Castaño, ya advirtió en el mes de junio que el Gobierno tomaría medidas contra el incumplimiento desmesurado que llevan a cabo los propietarios con respecto a la ordenanza. «O se cumple o esto no va a acabar bien porque la presión vecinal es cada vez más fuerte y, sea por un cambio normativo o sea por que el fiscal de Medio Ambiente actúe, tendremos problemas».
Por el momento, desde el Ayuntamiento no se ha ejecutado cierre alguno en las 4,724 terrazas dispuestas en la capital. Así, la recaudación por la tasa de terrazas en Madrid ha caído más de un 14% de media en la ciudad, con descensos en 18 de los distritos -con la excepción de Salamanca, Retiro y Chamartín-, al actualizarse el valor de las calles de acuerdo a su situación económica real. Las bajadas alcanzan un 78 por ciento en el caso de Arganzuela, un 48 en Centro o un 28 por ciento en Fuencarral.
La medida ha supuesto que aquellos establecimientos ubicados en zonas cuya situación económica había empeorado considerablemente tengan un balón de oxígeno a la hora de afrontar el tributo. Esto se traduce en que la tasa, sin haber sido modificada, consigue ser más progresiva y adaptada a la realidad de la ciudad. A su vez, la Junta ha tratado de llegar a un entendimiento antes de dar la autorización para hacer un «uso razonable del espacio público».
