Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, ha asistido a la presentación de la Joya Solidaria, una iniciativa de la Asociación La Barandilla, creada en 2016, con el fin de conseguir la integración social de personas con discapacidad. Los beneficios de la venta de esta joya, con un precio de 35 euros, se destinarán íntegramente a sufragar los costes del proyecto el Teléfono contra el Suicidio. El teléfono, atendido por profesionales de salud mental, quiere dar respuestas concretas que ayuden a las personas a superar momentos de angustia y paliar esos cerca de 4.000 casos que anualmente se registran en España.
Carmena ha incidido en la necesidad de encarar el suicidio desde la perspectiva de la salud, no tanto de la seguridad. “Creo que la sociedad contemporánea no está sabiendo enfocar bien el tema de que uno se quite la vida o se la quite a otro. Automáticamente parece que es un tema de seguridad pero es un problema de salud”, ha afirmado al tiempo que ha reconocido que hay que investigar las causas de lo que, por un lado, es la máxima expresión de poder del ser humano –“la capacidad de llegar a aniquilarse”- y, por otro, es el máximo de los absurdos porque supone “la desaparición de la entidad propia, algo completamente contra natura”. En ese sentido ha recordado que en el marco de “Madrid, ciudad de los cuidados”, el Ayuntamiento desarrolla programas para combatir la soledad no deseada, “porque el aislamiento puede ser un campo importante de cultivo”.
También se ha referido a un fenómeno nuevo, que se está produciendo en las ciudades, en alusión al suicidio como una nueva forma de terrorismo. “En estos momentos –dijo- tenemos que reflexionar sobre esos suicidios que no tienen más objeto que causar daño a los demás, por lo que tienen de brutal, de inhumano y de desprecio para la vida”.
