El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Diego Sanjuanbenito, ha visitado hoy el Centro de Telecontrol de Río Manzanares, una dotación finalizada en 2013 y que en su primer año de existencia ha demostrado su eficacia. Sanjuanbenito explicaba así algunas de las mejoras aportadas por el nuevo centro: “Ha permitido controlar y accionar desde un mismo punto todas las compuertas de las 9 presas que existen en el tramo urbano del río, que antes sólo podían accionarse desde la presa en la que estuvieran ubicadas. Y no sólo eso sino que aquí se centraliza y se actualiza permanentemente toda la información necesaria para el control del río”.
En esta instalación se han integrado distintas redes para centralizar el trabajo de control. Son las siguientes: la red de videovigilancia de seguridad las presas; la de pluviómetros; la de medición del nivel de las aguas subterráneas que se hallan en la cuenca del río; la de medición del nivel del río; la de estaciones de control de calidad de las aguas del río y, finalmente, la de supervisión de los puntos de vertido de aguas al río como son los aliviaderos de los estanques de tormentas y estaciones depuradoras.
En total, ha requerido una inversión de casi 2,84 millones de euros, financiados al 80% con cargo a los Fondos de Cohesión Europea. En su ejecución se han instalado 20.000 metros de fibra óptica, 12.800 metros de canalizaciones, 81 puntos de control y 64 nodos de comunicaciones. “Es indispensable –aseguró el delegado– sacar el máximo partido a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. De ahí, la apuesta de este Ayuntamiento por introducir las nuevas tecnologías para el control y el uso eficiente de las infraestructuras. Este centro es un buen ejemplo del modelo de ciudad inteligente hacia el que queremos seguir avanzando”.
Nueve actuaciones
Entre este último semestre y el próximo año 2015, van a concluir nueve actuaciones por un importe de 81,5 millones de euros, cofinanciados con fondos europeos. Básicamente consisten en la construcción de un nuevo gran colector que incrementará la capacidad de la red de saneamiento en el distrito de Fuencarral-El Pardo; la mejora del rendimiento de las estaciones regeneradoras de aguas residuales de Viveros de la Villa, La Gavia y Sur Oriental; y en nuevas actuaciones en la red de agua regenerada y recursos hídricos alternativos, de las que se beneficiarán los parques de El Retiro, Juan Pablo II, Juan Carlos I y Plata y Castañar.
“En total, 297 hectáreas de zonas verdes regadas con agua regenerada que se sumarán a las 1.200 en las que ya se utiliza”, explicó Sanjuanbenito al tiempo que subrayaba las obras para derivar las aguas que actualmente continúan tratándose en la depuradora La China a la de La Gavia, más moderna y alejada de la ciudad. Finalizarán a finales del año próximo y permitirán, en el primer semestre de 2016, poner fin a la vida útil de la depuradora más antigua de la capital, La China.
Líder en políticas de gestión de aguas residuales
El Ayuntamiento de Madrid se encarga de la regulación, conservación y mantenimiento del tramo del Manzanares que discurre por la ciudad. El resto es competencia de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Son 30 kilómetros de cauce, desde la presa de El Pardo hasta el límite del término municipal con Getafe, de los cuales, aproximadamente un tercio –entre el Puente de los Franceses y el Nudo Sur– corresponde al tramo urbano que se encuentra canalizado y el resto discurre por cauce natural. “A lo largo de los últimos años, el Ayuntamiento ha realizado un gran esfuerzo inversor para dotarnos de las mejores infraestructuras para la gestión las aguas residuales y mejorar la conservación del río. Un esfuerzo, que ha colocado a Madrid a la cabeza en el cumplimiento de las directivas europeas sobre tratamiento de aguas residuales urbanas”, recordó Sanjuanbenito.
Un ejemplo de esa afirmación es el Plan para la Mejora de la Calidad de las Aguas del río Manzanares, ejecutado entre 2005 y 2011 con una inversión de 871 millones. “Hoy los 37 estanques de tormenta construidos –informó– nos garantizan que no se vierta al río ni una sola gota de agua sin ser antes convenientemente tratada. Incluso, en situaciones de lluvias intensas en las que la red de alcantarillado crece repentinamente en caudal y en elementos contaminantes”.
