El Laboratorio de Salud Pública de Madrid, fundado es 1877, es uno de los pioneros en Europa en el ámbito de la salubridad y medidas de higiene destinadas a la población. En todo este tiempo ha mantenido su prestigio y nivel técnico, adaptándose a los nuevos requisitos que ha ido demandando la ciudad. El portavoz del Grupo Municipal Socialista, Jaime Lissavetzky visitó ayer este centro, que calificó “como uno de los mejores del país y de Europa”, pero ha denunciado la falta de una proyección adecuada por parte del Gobierno municipal, así como la disminución de personal debido a que no se realiza la reposición de plazas”.
Lissavetzky alabó las dotaciones y la alta cualificación de los profesionales que allí trabajan, así como las esenciales funciones que desarrollan en materia de salud alimentaria o de medio ambiente. Y señaló que su grupo considera básico que siga siendo municipal. “Más allá de la reforma de la ley de las administraciones locales, más allá de las duplicidades, es importante que un servicio tan esencial, al que se han dedicado tanto esfuerzos, continúe siendo gestionado por el Ayuntamiento”.
Asimismo, indicó que la falta de reposición de plazas por jubilación puede perjudicar mucho su labor, y ha pedido que esta reposición se lleve a cabo.
El Laboratorio de Salud Pública dispone de una amplia oferta de servicios –más de 200 ensayos acreditados– lo que le convierte, junto con la Agencia de Salud Pública de la Generalitat de Cataluña, en uno de los laboratorios oficiales con mayor oferta analítica del país. También atiende cada vez un mayor número de solicitudes analíticas de usuarios particulares, empresas alimentarias u otras Administraciones competentes en materia de seguridad alimentaria un dato que avala su calidad y prestigio. “Un prestigio –ha subrayado el portavoz socialista– que no puede ponerse en riesgo por falta de personal y que desde nuestro grupo pedimos que se cuente con la proyección y reconocimientos que se merece”
