Madrid es una ciudad comprometida con la austeridad. "Pero esto no significa dejar de hacer cosas sin más, sino buscar soluciones innovadoras para resolver los problemas y mejorar la gestión". Son palabras de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, durante la inauguración de la Conferencia Internacional ‘La Evaluación de la Calidad y Eficiencia en los Programas de Intervención Social’, en la que participan, entre otros, el ministro de Trabajo y Pensiones del Reino Unido, Iain Duncan Smith, y la ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Ana Mato.
Es momento de que las Administraciones Públicas olviden sus reticencias a la hora de asumir riesgos e incentiven las nuevas ideas orientadas a la colaboración entre los distintos sectores, ha constatado Ana Botella. Es el tiempo de fomentar "la implicación de los ciudadanos en la solución de los problemas", es decir, la ‘corresponsabilidad’ de la sociedad".
"Debemos ver la crisis actual como una oportunidad de mejora" -constató la alcaldesa- para que la austeridad y la eficiencia "sean señas de identidad ahora y en el futuro". A pesar de las dificultades, este es "el escenario idóneo para hacer reformas" y para que los gobernantes se planteen qué se ha hecho bien y qué se debe mejorar. Por eso, ha apuntado la alcaldesa, es importante que las políticas tengan objetivos claros. Pero también lo es comprobar si éstos se cumplen, propósito de las jornadas.
A juicio de Ana Botella, la austeridad "ya no es una opción, es una obligación, ahora y en el futuro". El Ayuntamiento de la Ciudad de Madrid ha adoptado medidas para controlar el gasto y asegurar un uso más racional y eficaz de los recursos públicos.
Dinero de los ciudadanos
La alcaldesa ha recordado que las partidas de gasto en políticas sociales constituyen una "inversión" en el bienestar de la sociedad y en su futuro. Razón más que suficiente para evaluar el cumplimiento de esta máxima, ya que "no es justo ni asumible para una sociedad dar una cantidad de dinero sin valorar después si se han logrado los objetivos perseguidos". Es necesario, añadió, medir el impacto de los distintos programas, para optar por aquellos que resultan eficaces.
Y es que el dinero de las Administraciones Públicas "es el dinero de los ciudadanos", por lo que "no puede gastarse sin rigor". Para Ana Botella, el presupuesto que se gasta en políticas sociales que no logran sus objetivos no solo está "malgastado", también quita oportunidades a las personas a las que iba destinada esa política social. "Por eso la evaluación es tan necesaria".
Gestionar mejor los recursos públicos
Las crisis económicas han sido siempre periodos fértiles en cuanto a innovación social, opinó la alcaldesa. Constituyen una buena oportunidad para fomentar la cultura de la evaluación en España, "más extendida y desarrollada en el mundo anglosajón". Esta cultura, ha dicho, sirve para gestionar de forma más efectiva los recursos públicos.
Ana Botella ha apostado por promover desde las administraciones la cooperación entre todos los sectores, "desarrollar nuevos modelos de financiación, revisar los procedimientos de concesión de ayudas, incrementar el impacto de nuestras iniciativas y mejorar la eficiencia de los procesos".
En esta actitud trabaja el Ayuntamiento de Madrid: "nuestra aspiración es que cada ciudadano que paga impuestos tenga la seguridad de que son gestionados de la mejor manera y con el mejor resultado posible". La principal preocupación de su Gobierno, insistió la alcaldesa, es garantizar el bienestar de todos los madrileños. "Asegurar que Madrid continúe siendo un potente motor económico para España y una ciudad que ofrece oportunidades a los que quieren desarrollar aquí su proyecto de vida".
Recordó que el esfuerzo del Consistorio para contener el gasto tiene tres límites: mantener la calidad de los servicios esenciales, garantizar la solidaridad con los más vulnerables y avanzar en el objetivo prioritario de crear empleo. A pesar de los ajustes iniciados en 2008, el Gobierno municipal ha mantenido el gasto social, que se ha incrementado casi un 300% desde el año 2003.
Y más allá de las cifras, subrayó, lo importante es que "los programas que financia el Ayuntamiento -sociales o no- sean todo lo eficaces que deben ser, que todos los programas justifiquen, cumpliendo objetivos, la inversión de recursos públicos".
