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Madrid se convierte en modelo de gestión inteligente de recursos energéticos

Las ciudades son grandes focos de actividad económica, de consumo energético y de emisiones de efecto invernadero. Pero también son, y Madrid constituye un buen ejemplo, núcleos de innovación para avanzar hacia nuevos modelos de desarrollo, menos dependientes de las energías fósiles y más respetuosos con el medio ambiente. La capital española avanza hacia una economía baja en carbono y hacia un modelo urbano sostenible. “Y el Ayuntamiento trata de avanzar en lo ambiental como condición para progresar hacia una economía más competitiva y un mejor progreso social”. Los datos que avalan este cambio de Madrid los ha expuesto hoy la alcaldesa, Ana Botella, en la inauguración del Congreso Nacional de Medio Ambiente CONAMA. 

El encuentro coincide con la undécima edición del Foro Iberoamericano de Medio Ambiente que, como cada año desde 2005, se celebra en paralelo. Y Madrid sigue siendo punto de encuentro de esta gran cita. Como alcaldesa y copresidenta de la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), Ana Botella ha detallado a los políticos, líderes empresariales, organizaciones no gubernamentales, científicos y expertos en el ámbito de la sostenibilidad que participan cómo trabaja la metrópoli para cambiar el consumo de energías fósiles en beneficio de otras menos contaminantes.
 
Y ese “empeño”, ha constatado la regidora, pasa por el cumplimiento de la parte que le corresponde del compromiso español con el protocolo de Kioto, al haber reducido en más de un 9% sus emisiones de CO2 en el periodo 1990-2012. Además, la tendencia de los últimos años ha sido positiva, ya que entre los años 2006 y 2012 -último del que existen datos-, las emisiones de CO2 han disminuido un 19,76%.
 
Lógicamente, esta evolución ha ido acompañada de una mejora de la eficiencia energética de Madrid, como refleja el descenso en un 8,9% del consumo total de energía y de un 7,31% de la intensidad energética entre 2006 y 2012.
 
Hacia una economía más sostenible
 
Ana Botella ha argumentado que este nuevo enfoque de urbe “que innova en la utilización de nuevas fuentes de energía, que gestiona de forma más inteligente y eficiente sus recursos y que crea entornos más humanos y saludables es el modelo por el que viene apostando Madrid desde hace años”.
 
Aplicar criterios de sostenibilidad supone crear un valor añadido que va mucho más allá de generar un beneficio ambiental –aseguró la alcaldesa–, algo que por si mismo ya es importante. Pero el Ayuntamiento de Madrid trata de avanzar en lo ambiental como condición para progresar hacia una economía realmente más competitiva y un mejor progreso social.
 
En palabras de Botella, “una economía capaz de crecer con menos emisiones contaminantes es una economía más sostenible no sólo porque reduce la contaminación sino porque es más viable”. Y al contrario, la que vive de espaldas al medio ambiente “queda lastrada, deja de ser competitiva y es incapaz de responder a los retos sociales”.
 
Apostar por el medio ambiente como garantía de sostenibilidad – continuó– es hoy en día condición sine qua non para que una ciudad pueda progresar. Y mejora el posicionamiento de la ciudad para atraer inversiones, propiciar proyectos de emprendimiento empresarial y generar nuevas oportunidades de empleo.
 
Planes en marcha y de futuro
 
El Ayuntamiento de Madrid aplica desde hace años políticas sostenibles y está comprometido con los principios de una economía baja en carbono: los planes y programas puestos en marcha en aspectos como el la calidad del aire, la movilidad o el ahorro y la eficiencia energética son claros ejemplos de esta apuesta. De hecho, recordó Ana Botella, Madrid fue una urbes fundadoras del Pacto de los Alcaldes en 2008 junto con la Comisión Europea, asumiendo el compromiso voluntario de superar los objetivos conocidos como 20-20-20.
 
La capital “está cambiando la composición de nuestro mix energético”, ya que el consumo de energías fósiles pierde peso en beneficio de las fuentes menos contaminantes.
 
En concreto, el peso de los productos petrolíferos en el consumo energético de la ciudad ha pasado del 43,21% al 38,51% y el del carbón, de un 0,96% a un 0,58%. Al mismo tiempo, detalló la alcaldesa, se ha producido un incremento del peso del gas natural, que ha subido del 24,12% a un 24,15%, “y ha habido crecimientos incipientes pero muy significativos de energías renovables como la solar térmica, que ha pasado del 0,06% a representar el 0,34% del total del consumo”.
 
El reto, confirmó Ana Botella, es para el Gobierno municipal “ineludible”, un desafío “para el que trabajamos día a día y para el que nos hemos marcado un nuevo y ambicioso objetivo: que en 2020 las emisiones totales de gases de efecto invernadero disminuyan en más de un 35% respecto a 2005 y, a la par, reducir el 20% en la intensidad energética final respecto a 2011”.
 
CONAMA, muchos congresos en uno
 
Un evento como este congreso reúne “mucho talento, mucho conocimiento y mucha experiencia”. Ana Botella ha subrayado los dos principales aciertos del Congreso Nacional de Medio Ambiente: por un lado, haber sabido compaginar especialización y visión global, el CONAMA son “muchos congresos en uno”. Este ha sido el año de “la economía baja en carbono”; y por otro, el reconocimiento al papel que desempeñan las ciudades ante los retos asociados al desarrollo sostenible, materializados en los premios a la Sostenibilidad de Pequeños y Medianos Municipios que se entregan en este encuentro.

 

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