Ya sea porque las principales ‘familias’ del partido se han empeñado a fondo en ayudarle o porque los otros dos candidatos -el veterano Manuel de la Rocha y el concejal Chema Dávila- no tenían suficiente tirón, la victoria de Pepuen primera vuelta con el 64% de apoyo es tan clara que permite a Sánchez esgrimir que su federación está con él y que su candidato ha sido mayoritariamente avalado por las bases.
Para que quede claro, en Ferraz preparan ya un multitudinario acto para el próximo sábado, en el que el presidente sacará pecho junto a él. «El presidente del Gobierno no podía perder bajo ningún concepto a un mes para las elecciones del 28 de abril», reconoce a Efe uno de los veteranos del PSOE-M que ha trabajado por la victoria del antiguo entrenador. Desde la dirección federal se incidía anoche en que el proceso ha sido «limpio» y «transparente» y en que «ha sido la militancia la que ha decidido que sea Pepu quien se enfrente a Manuela Carmena y al resto de candidatos» de la capital.
Contentas y satisfechas por el ejercicio de democracia interna, las fuentes de Ferraz quitaban importancia al hecho de que poco más de la mitad de los militantes haya acudido a votar y defendían que un 50,51% «no es una participación tan baja en una federación que cuesta mucho movilizar». Lo cierto es que por debajo del 60% la participación se considera exigua, sobre todo si se pretende sostener que Pepu ilusiona a la militancia.
Que Pepu no ha conseguido ilusionar quedó en evidencia en el debate que celebraron esta semana los tres candidatos, en el que ni a él mismo -según su entorno- le gustó el papel que desempeñó. «En un debate con Begoña Villacís ésta se lo come», aventuran militantes que no le han votado, incluidos algunos ‘pedristas’ cada vez más decepcionados orgánicamente con Sánchez.
Militantes que sostienen que éste tiene los pies de barro y que su caída depende de seguir contando o no con el favor de las bases.
De momento Sánchez puede afirmar que las bases del PSOE-M (que mayoritariamente apoyaron a Patxi López en las primarias de 2017) le respaldan, aunque solo hayan votado a Pepu 1.697 afiliados de los 5.290 llamados a las urnas. Ni ese dato, ni sobre todo las encuestas, vaticinan por el momento un buen resultado para el PSOE en la capital en las municipales del 26 de mayo, pero será entonces cuando Sánchez salde cuentas con los socialistas madrileños.
Lo importante ahora para él es que no ha cosechado un fracaso en Madrid que podría haberle debilitado de cara al 28A. Entretanto, la difusión mediática, el equipo, el proyecto y el liderazgo de Pepu están por hacer y, aunque el impulso que inicialmente partió de La Moncloa para prepararle parece haber menguado con la convocatoria de las generales, el candidato necesitará ayuda para lograr, como dijo ayer, «llegar a más gente» que la que milita en un partido que lleva treinta años sin gobernar en la capital. EFE
