“Si no estuviéramos convencidos de que Madrid tiene muchísimas posibilidades no hubiéramos dado este paso”. Con estas palabras confirmaba Alberto Ruiz-Gallardón la intención de presentar la candidatura olímpica de Madrid para 2020. Una decisión consensuada y basada en criterios de austeridad, compromiso y responsabilidad que será llevada al Pleno de la Corporación el próximo 20 de julio para su aprobación.
Acompañado por los portavoces del Grupo Municipal Socialista, Jaime Lissavetzky, y el Grupo Popular, Manuel Cobo, el alcalde ha explicado que “todo nuestro trabajo se va a centrar en convencer a los 100 miembros del CIO (Comité Olímpico Internacional), de que nuestro proyecto debe ser el ganador”.
¿A la tercera va la vencida?
Juega a favor de Madrid la elección de Pyeongchang como sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018, tras dos intentos, y que favorece esa ‘rotación no escrita’ según la cual nunca se han celebrado dos Juegos consecutivos en el mismo continente. Además, la ciudad tiene ya terminado un alto porcentaje de las infraestructuras necesarias y cuenta con la experiencia de las dos candidaturas anteriores (2012 y 2016) que pasaron el corte con una alta valoración.
Como factor negativo los responsables del Consistorio apuntan a la crisis económica. Sin embargo, Gallardón asegura que está demostrado el efecto retorno que la presentación de una candidatura tiene sobre la proyección internacional de un país y sobre el turismo, sea esta finalmente elegida o no. En la misma línea, Cobo señala que, tras los fracasos anteriores, la nueva candidatura inicia un proyecto ilusionante como elemento de reactivación de la economía y el empleo.
El próximo 20 de julio, al menos el 80% de los votos del Pleno municipal dará el visto bueno a la nueva candidatura. Por su parte, el Comité Olímpico Español ya ha ratificado la decisión, que estará en manos del CIO antes del 29 de julio. El 1 de septiembre será la presentación formal de las ciudades que compiten por convertirse en organizadoras de los Juegos de 2020.
