Tomar precauciones ante las altas temperaturas resulta fundamental, especialmente entre los grupos más vulnerables como niños, ancianos y enfermos crónicos. Las autoridades sanitarias aconsejan una buena hidratación basada en beber, al menos, litro y medio de agua al día fuera de las comidas. Se deben, además, evitar los paseos y el ejercicio físico en las horas de más calor y procurar vestir con prendas ligeras y de colores claros.