Un total de 218 personas sin hogar fueron alojadas, durante el pasado año, en pisos tutelados y casas de acogida. La labor realizada por el Área de Familia y Servicios Sociales, a través del Samur Social, Personas Sin Hogar e Inserción Social, coordinando una amplia y diversificada red de recursos especializados para este colectivo de usuarios. Aquí se les ofrece, además de alojamiento, manutención y aseo, entre otros servicios.
Este programa realiza tratamientos individualizados de intervención cuyo objetivo es la rehabilitación y, sobre todo, romper con los procesos de exclusión que estos ciudadanos han iniciado. Hoy la coordinadora de Protección Social e Igualdad, Pilar Dávila, acompañada por la directora general de Servicios Sociales y Atención a la Dependencia, Esperanza García, ha visitado uno de los pisos tutelados.
De los 218 usuarios acogidos en 2010, 137 son hombres y 81 mujeres; 158 procedían de la Red de Atención Primaria de Servicios Sociales y las otras 60 de la Red especializada de atención a Personas Sin Hogar, entre las que figuran 18 jóvenes del Programa preventivo de jóvenes sin hogar. Este recurso cuenta con un presupuesto anual de 922.287 euros.
Inserción social
En los procesos de intervención con usuarios de la red de personas sin hogar el principal objetivo es la inserción social, lo que se hace necesario para alcanzar la desinstitucionalización de las personas atendidas en los centros de acogida. Para conseguir este fin se cuenta, entre otros recursos, con plazas en pensiones y pisos.
Por esta razón se plantea la necesidad de establecer recursos normalizados y con un carácter preventivo para quienes comienzan los procesos de exclusión. El alojamiento no institucionalizado evita que estas personas entren en contacto con la red de centros de acogida, que en muchos casos favorece procesos personales de abandono y de deterioro psico-social. Este es el fin de los de Alojamientos Alternativos, de contenido preventivo y de inserción, que tiene como finalidad articular ofertas de alojamiento en plazas de pisos y pensiones. De esta forma, las personas alcanzan un elevado nivel de autonomía personal y capacitación para desarrollar una vida en contextos sociales normalizados.
El programa dispone de 50 plazas en pensiones y 14 pisos distribuidos por toda la ciudad con 2 o 3 plazas cada uno y un total de 57 plazas. Además de estos recursos de alojamiento, el programa cuenta con profesionales que garantizan el acompañamiento social en el proceso.
