En su labor de colaboración y rescate de animales maltratados, la Policía Municipal salvó a un galgo, una especie en extinción, que presentaba pésimas condiciones higiénico-sanitarias. Su piel estaba con muchas heridas, producidas por la sarna. Los agentes lo trasladaron al Centro de Protección Animal de Madrid para desparasitarlo y cuidarlo.
Fueron los gemidos del animal lo que alertó a los agentes locales. Su cabeza sobresalía por la ventanilla de una Renault Express, que se encontraba a pleno sol. Observaron que dentro del vehículo no había apenas espacio y que el animal estaba rodeado de sus propios excrementos y basura. El dueño no tenía ninguna documentación del animal, según él "vivía en la furgoneta porque era un perro".
En el informe emitido por la policía se solicitó la confiscación definitiva del perro y su posterior puesta en adopción. También denunciaron al dueño por ausencia de documentación y por el maltrato al animal.