“Las cuentas de 2013 ya están hechas y los madrileños salen perdiendo”. Esta es la conclusión que extrae el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, Jaime Lissavetzky, después de que el ejercicio del año pasado se haya cerrado con una deuda de 7.048 millones de euros, 1.113 millones por encima de la previsión que había realizado el equipo de Ana Botella en el plan de ajuste 2012-2022. “La alcaldesa ha impuesto un régimen de austeridad compulsiva para afrontar el pago de la fiesta que el PP protagonizó durante años en la capital. Uno de cada cuatro euros va directo a los bancos. Sin embargo, no logra resultados: hay más deuda ahora que cuando accedió al cargo. Hay más deuda, más recortes y más impuestos. Sin duda, todo un éxito”, estima Lissavetzky.
A juicio de Lissavetzky, para encontrar la explicación a este aumento de la deuda sólo hacía falta abrir los cajones del Ayuntamiento. “Tal y como hemos advertido los socialistas una y otra vez, el Gobierno local tenía facturas escondidas en los cajones. Una vez destapadas, también ha quedado al descubierto la incapacidad del Ejecutivo para hacer frente a todos los pagos pendientes. Y eso que ha anunciado a bombo y platillo que el Consistorio tenía superávit ¿Dónde está? Y si está ¿por qué no se ha empleado en reducir los efectos de la tremenda austeridad que impone Ana Botella y que afecta de lleno a los servicios sociales?”, se pregunta el portavoz del PSOE.
El socialista relata que el Gobierno municipal se ha visto obligado a retirar fondos de todas las partidas del presupuesto disponibles -“entre ellas, por supuesto, servicios sociales”, apostilla-, para hacer frente a los pagos pendientes por expropiaciones y por intereses de demora, esto es, por retrasarse en el pago a proveedores. En total, han sido 170 millones de euros. “Este rebañado del presupuesto en busca de más dinero para pagar la deuda no ha sido suficiente. Más de 70 millones no se han podido pagar y se han tenido que incluir en el ejercicio de 2014. Empezamos así el año”, ha recalcado Lissavetzky.
De hecho, el Ayuntamiento se ha acogido de nuevo al plan del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas para poder pagar a proveedores a 30 días. Sin embargo, todavía no ha logrado este objetivo, según ha reconocido el propio equipo de Gobierno. Sumando el dinero pedido para pagar a los proveedores desde 2009, el Consistorio ha solicitado 2.753 millones de euros: 350 en 2014; 1.106 en 2013; 2011, 282 millones y en 2009 1.105.
Más recortes, más impuestos
Mientras sigue pidiendo dinero para hacer frente a la deuda, Ana Botella ordena recortes donde más se necesitan: Servicios Sociales y Educación. Y, en paralelo, sube tasas e impuestos: el IBI, que ha subido por imposición del Gobierno de Mariano Rajoy y los efectos del catastrazo que impulsó Gallardón; el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica; el Impuesto sobre Actividades Económicas; el Servicio de Estacionamiento Regulado; las Escuelas de Música y Danza o el acceso a las instalaciones deportivas aparecen en una lista que “carga sobre las espaldas de la ciudadanía la pésima gestión de demasiados años del PP al frente de este Ayuntamiento. Su ciclo tiene que acabar, por el bien de todas las madrileñas y madrileños”, ha concluido.
