Comienza la Semana Santa este Viernes de Dolores con el vía crucis en el que el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, acompañará a los madrileños en la visita de los templos. Según ha trasladado la Archidiócesis en un comunicado, con el lema ‘Camino de Misericordia’ el recorrido penitencial arrancará a las 17 horas en la parroquia de Nuestra Señora de la Misericordia, en la calle Arroyo del Olivar, 100. Continuará en la de Nuestra Señora de la Peña, en la calle Puerto Canfranc, 19, cuyo vía crucis también se iniciará a las 17 horas. Posteriormente, a las 17.30 horas, el prelado se hará presente en la parroquia de la Presentación de Nuestra Señora en la calle del Corregir Diego de Valderrábanos, 61. A las 18 horas en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, en la calle General Zabala, 10. Media hora después, será en el santuario de Santa Gema en la calle de Leizarán, 24. La siguiente parada penitencial será en la parroquia de San Antonio de Cuatro Caminos de la calle Bravo Murillo, 50, cuyo vía crucis comienza también a las 18.30 horas. A las 19 horas, en la basílica parroquia Virgen de la Milagrosa en la calle García de Paredes, 45. En la iglesia de las Religiosas Siervas de María en la Plaza de Chamberí, 7 a las 19.30 horas, para trasladarse a continuación al monasterio de la Visitación situado en la calle Santa Engracia 20. A las 20 horas, seguirá en la parroquia basílica de Nuestra Señora de la Concepción de la calle Goya 26. En las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de la calle Lagasca, 17:00 a las 20.30 horas y en el santuario de María Auxiliadora de la calle Ronda de Atocha, 25 también a esa hora. A las 21 horas en la parroquia de San Miguel Arcángel de Carabanchel de la Calle General Ricardos 21.
El vía crucis diocesano concluirá con la participación de monseñor Osoro en la oración penitencial que el Seminario Conciliar organiza en las Vistillas, a partir de las 21 horas. Durante la Semana Santa, la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén.
