Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Vilnius, la capital mágica de Lituania

22.jpg

Lituania, a menudo ocupa las primeras páginas de los periódicos deportivos por los  éxitos de su selección nacional de baloncesto. Pero este bello país báltico tiene motivos más que suficientes para atraer y conquistar al viajero, al margen de lo deportivo. Su capital, Vilnius, por ejemplo, es una urbe milenaria que rebosa encanto. Dividida por el río Neris, la zona moderna, destaca por sus atrevidos rascacielos, centros comerciales, etc. En la otra orilla, cruzando cualquiera de sus hermosos puentes, hallamos lo más interesante: su viejo centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad. Rodeado de sugerentes callejuelas, uno de los aspectos que más sorprende al viajero al pasear por ellas es -si se me permite esta licencia glamurosa- que éste cree estar inmerso en una interminable pasarela de top-models. La belleza de las lituanas supera, muy probablemente, la media de cualquier otro país. Llama verdaderamente la atención.

En busca de las mejores panorámicas
En su casco histórico se pueden contemplar edificios monumentales, iglesias góticas, neoclásicas, barrocas e incluso bizantinas, así como su majestuosa Catedral, del siglo XV, con su curioso campanario, resto de una vieja muralla. Frente a ella, la siempre animada calle Pilies alberga, no sólo numerosas tiendas y restaurantes típicos de la ciudad, sino el Teatro Nacional de Ópera y Ballet, la Universidad, un conjunto arquitectónico de distintos estilos que bien merece una visita. También palacetes como el que ocupa hoy el Hotel Shakespeare. En el camino hacia la colina de Gediminas, desde donde se disfrutan atractivas panorámicas de Vilnius, es casi obligado detenerse antes en el Museo del Ámbar, donde se pueden adquirir bellas piezas o simples amuletos. Sin olvidar la coqueta iglesia de Santa Ana, de la que tanto se enamoró Napoleón que quiso llevársela a Paris. Tampoco debe nadie dejar de subir por la escalera de caracol del Observatorio Astronómico si quiere, finalmente, admirar las magníficas vistas de toda la ciudad.
 
Uzupish, una república independiente ¡No te la pierdas!
Atravesando un pequeño puente repleto de candados con los que las parejas de enamorados simbolizan su inquebrantable amor, se llega al barrio de Uzupish. Se trata de un curiosísimo distrito de Vilnius ocupado por gente bohemia o neohippies -artistas- que se ha autoproclamado república independiente. El primero de abril celebra su fiesta nacional y nadie puede acceder al barrio si no dispone del correspondiente pasaporte. Uzupish posee bandera propia, está hermanado con el parisino barrio de Montmartre, y tiene su propia Constitución, que puede leerse en las paredes del barrio, cuya primera premisa proclama: “El hombre es libre para ser vago”. Pegadas a los muros de la calle Literatu también puede contemplarse buen número de “obras de arte”, grotescas y sarcásticas algunas, con paradójicas  ambiciones de trascender otras, todas ellas capaces de arrancar la sonrisa del visitante o incluso la admiración. En un recodo del río Vilnele hay un barecito llamado Stopke, en el que se puede entrar en conversación con alguno de sus curiosos habitantes.

En cuanto a la gastronomía lituana, lo más típico del país son los cepelinai (patatas rellenas con carne). Para terminar la jornada, siempre hay conciertos musicales en algún punto de la ciudad o, si se prefiere, el Skybar del Hotel Reval en la planta 22, ofrece buenos cócteles, frente a impresionantes vistas nocturnas de la ciudad. 
 

www.franciscogavilan,net.
Más info: Centro Inform. Turística de Lituania.
c/ Consell de Cent, 355-3º. 08007 Barcelona.
Tel. +34.934670225;
[email protected]

 

Loading

Loading

Etiquetas:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

el distrito tv

lo más leído

Lo más visto

Scroll al inicio