Entre Hunsrück y Eifel, a los pies del castillo Reichsburg, se encuentra la romántica ciudad de Cochem. Una pequeña población que parece vivir detenida en su propio tiempo. El turismo masivo aún no ha desbordado este bellísimo lugar, con un encanto especial, que brilla con luz propia, y que hechiza a cuantos lo descubren.
Esta pequeña ciudad se encuentra rodeada de fortalezas y monasterios, de suaves laderas y peñascos, en medio de los hermosos meandros del Mosela. Aquí los romanos brindaban con vino de la región hace dos mil años. Y su paso ha dejado huellas que se pueden palpar en la actualidad. De hecho, la viticultura la introdujeron ellos, y ese cultivo sigue constituyendo gran parte de la imagen idílica de esta región ribereña. Sin embargo, las soleadas terrazas no sólo cultivan excelentes vinos, sino que son también una atracción para los amantes del senderismo y la escalada.
El encantador centro urbano
El centro histórico de Cochen es mágico. Rodea de forma pintoresca la histórica y animada plaza del mercado con la fuente Martinsbrunnen, llena de terrazas, donde se toma excelente cerveza y típicas salchichas, mientras se contemplan las fachadas de antiguos edificios con ventanas adornadas de flores y en las que parece que, en cualquier momento, se van a asomar princesas, doncellas, o trovadores de otros tiempos. El recorrido por el centro te conduce a angulosos callejones por casas de entramado restauradas con esmero y con tejados de pizarra, tradicionales de la región, hasta llegar ante las imponentes defensas de la ciudad: la torre medieval Enderttor-Tum con garita de guardia, el torreón defensivo con la puerta Balduinstor, al lado de la Kirchhofsmauer-Obergasse, y la puerta Burgfriedentor con su adarve. Sobre todas ellas, se erige vistoso el verdadero símbolo de la ciudad, el castillo de Reichsburg Cochem, con sus torreones defensivos y la impresionante torre del homenaje.
Arte, cultura, y museos
El antiguo monasterio capuchino es en la actualidad un centro cultural donde se ofrecen conciertos de piano y de coro, así como teatro y cabaré. Y en el castillo de la ciudad se organizan fiestas (Burgfest) y mercados como en la Edad Media, con servidumbre y caballeros de la época. Uno de los espectáculos más atractivos son las representaciones de rapaces de halconería. Por otro lado, en el Museo del Vino en Senheim se pueden contemplar las colecciones de herramientas propias de los bodegueros, viticultores y del tratamiento del vino más grandes del mundo. Asimismo, en el antiguo molino de Cochem-Cond se muestra al visitante cómo se producía la mostaza antiguamente. Y lo que impresiona de la exposición son los distintos tipos de mostaza del mundo.
Pero eso no es todo en Cochem. Su entorno natural cuenta con una romántica ruta del vino de Mosela, guiada por los expertos de WeinErlebnis, aunque también la puedes realizar por tu propio pie, descubriendo no sólo las impresionantes panorámicas del valle del Mosela desde el monte Calmont, sino catar los excelentes productos de los viñedos locales. Para los perezosos existe una alternativa muy cómoda si quieren ascender al monte Calmont. Se puede subir con el telesilla al parador Pinnerkreuz y visitar el parque natural y de ocio de Cochem-Klotten. Incluso tomar un baño en el centro de ocio ubicado entre viñedos.
Con el tiempo, muchos turistas se convierten en verdaderos sibaritas y buscan lo mejor o lo que más se adapte a sus gustos. En Cochem éstos pueden encontrar de todo: sosiego o diversión, naturaleza o historia, senderismo o descanso, pero a lo que nadie renunciará es a catar sus vinos.
Más info: Oficina Alemana de Turismo, c/ San Agustín, 2; 28014 Madrid. Telf. 914293551
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