Tras el revuelo ocasionado con el tipo de licencia que ostentaba el Balcón de Rosales, ahora el tema ha llegado más lejos. No sólo los locales de ocio nocturno son mirados con lupa, sino que ahora cualquier lugar donde haya una actividad comercial parece que está bajo sospecha para los grupos políticos.
Por ello, los 114 locales que conforman el Centro Comercial de Príncipe Pío han sido los siguientes en salir a la palestra. Este centro comercial es fruto del convenio de colaboración, firmado entre el Ayuntamiento de Madrid y la empresa Príncipe Pío Gestión S.A. Así, el propio concejal del distrito, Álvaro Ballarín, aseguró en el pasado pleno del distrito que estos “ejercen su actividad bajo una licencia por silencio administrativo”. Esto significa que la Junta “ha sido incapaz de probar que los citados locales no actuaban legalmente, y han abierto sin tener el papel de autorización”, ha explicado a EL DISTRITO, Pedro Santín, portavoz socialista de la Junta Municipal del distrito.
De esta manera, los locales iniciaron su andadura en 2004 sin habérsele otorgado una licencia de apertura ya que, según ha relatado Santín, la Junta otorgó el silencio administrativo a estos comercios y restaurantes “para no prorrogar en el tiempo la concesión de las licencias”. Conocida la experiencia con el Balcón de Rosales, lo que el PSOE pide a la Junta es que “mande a sus técnicos y evalúen si los locales se ajusten a la legalidad, ya que no estamos satisfechos con la situación actual”.
Discotecas cerradas
Mientras que las tiendas del centro comercial no han sido precintadas ante la duda de que ejerzan una actividad fraudulenta, las dos discotecas situadas en el interior del centro comercial, Colonial Norte y Locua-Locos por el Fútbol ya han sido cerradas tras el suceso del Balcón de Rosales. Así, si el motivo de estos cierres ha sido por culpa de las licencias, Santín considera que “también podrían haberse cerrado los comercios y restaurantes”. Por su parte, el Ayuntamiento argumenta que los locales tienen una licencia genérica como centro comercial, no obstante Silva considera que “cada tienda debería tener una licencia individual”.
