La Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid, FAMMA Cocemfe, no ha recibido respuesta del rector de la universidad Complutense, sobre sus reiteradas solicitudes “por la situación de abandono que sufren los estudiantes con discapacidad". En concreto se refieren a un apoyo que les permitía, si así lo requerían, solicitar una ayuda para hacer uso de los aseos de la universidad. FAMMA denuncia que con la supresión de este servicio se atenta "contra una de las necesidades más básicas de un ser humano, que en el caso de muchas personas, resulta imposible llevar a cabo sin la colaboración de una persona".
La falta de asistencia afecta a cinco alumnos, cuatro de ellos en el Campus de Somosaguas y otro en Moncloa. La organización ha anunciado que va a llevar a cabo concentraciones en la universidad, todas las semanas tras la época de examenes, hasta que el rector reciba al presidente de la organización y adopten medidas al respecto.
Según la organización, "la universidad ignora el marco legal que protege al colectivo de personas con discapacidad". Además, critican el hecho de que "nadie en la universidad sabe nada al respecto”.
El presidente de FAMMA, Javier Font, afirma que "es una auténtica vergüenza que tengamos que estar a estas alturas de la vida, reclamando en la calle, a voz en grito, los derechos de las personas con discapacidad. Esos derechos conseguidos por el sacrificio de tantas personas que han entendido que había que apoyar al colectivo para integrarlo en la sociedad".
Javier Font, se ha reunido durante los últimos días con la adjunta a la Defensora del Universitario en la Complutense, Isabel Fernández, para buscar una solución. Si en diez días no ha habido respuesta ni se llega a ningún tipo de negociación, se seguirá con el programa de movilizaciones previsto.
Desde la entidad universitaria entienden que “las necesidades de atención sociosanitaria que tienen los estudiantes se producen durante 24 horas. La Ley de Dependencia ha de proveerlos de los recursos materiales y humanos necesarios”.
Además, en UCM añaden que disponen “de las adaptaciones arquitectónicas necesarias para que, con los medios habituales, todos puedan satisfacer sus necesidades fisiológicas”.
Por último, concluyen que “los alumnos discapacitados necesitan apoyo de personal cualificado con el que esta universidad no cuenta, ni puede contar. La institución que generosamente ha colaborado con UCM no pudo mantener el programa con el que los ayudaba desde marzo de 2012. En ese momento, se informó a los estudiantes beneficiarios”.
