El portavoz municipal socialista, Jaime Lissavetzky, “espera” que Ana Botella no haga sufrir más a los madrileños con decisiones que les dificultan aún más la vida. Asegura que buena parte de la suciedad e inseguridad que se vive en la capital son el resultado de contratos de servicios de consecuencias fatales en los que se prima el criterio económico sobre la calidad del servicio. “Ya están bien demostradas las consecuencias de los contratos integrales de limpieza y conservación de parques, y también en otros temas cruciales como son las escuelas infantiles. Botella se marcha, pero sus contratos se quedan”.
Esta situación resulta evidente en el estado en que se halla la Casa de Campo. Según ha recordado el portavoz del PSOE, el mayor parque de Europa lleva esperando una rehabilitación integral desde que el PP –con Ana Botella como delegada de Medioambiente- desde 2008. “Han pasado siete años y no se ha hecho nada”.
Al respecto, Lissavetzky ha denunciado que el dinero invertido en el mantenimiento de esta zona verde se ha reducido en un 41%. En la visita realizada esta mañana, en la que ha estado acompañado por los concejales Ruth Porta, Marcos Sanz y Marisa Ybarra, ha reclamado una vez más un plan que ataje los problemas de limpieza, contaminación de arroyos, las instalaciones deportiva y la fauna.
Asimismo, Lissavetzky se ha reunido con representantes de la Plataforma Salvemos la Casa de Campo a quienes agradeció, junto a otras asociaciones repartidas por la ciudad, la labor de “concienciación” para mantener el patrimonio arbóreo de Madrid.
Situación de interinidad
El portavoz socialista se ha dirigido a la alcaldesa para rogarle que “deje de hacer sufrir a los madrileños” con decisiones que estropean la ciudad y les hace más difícil la vida. Entre esas decisiones se encuentran las contratas de limpieza, mantenimiento de zonas verdes, escuelas infantiles y otras decisiones tomadas bajo el criterio económico. “Solo espero que en este tiempo que queda hasta las elecciones no tome decisiones que pueda hipotecar a futuras corporaciones y haga sufrir más a los ciudadanos”.
En este sentido, el portavoz socialista aventura que la decisión de Botella de no presentarse a las elecciones municipales cuando todavía quedan muchos meses para la consulta puede crear un “vacío de poder muy perjudicial para los ciudadanos”. “Si la gestión de la ciudad es ya muy mala, la interinidad que se produce en el Gobierno de la ciudad puede agravarla”, afirmó el líder socialista.
Secos y peligrosos
Lissavetzky también ha reiterado la proposición socialista de poner en marcha un plan de gestión del arbolado en el que se detalle lo que podría llamarse el “DNI de cada árbol”, es decir, una ficha detallada de las características, fecha de colocación y otros datos esenciales. De haber contado con dicho plan se hubiera visto que el olmo que acabó el pasado martes con la vida de un hombre de 72 años en el barrio de Santa Eugenia al caerle encima, debería de haberse retirado de la calle porque posiblemente fuera plantado hace 45 años cuando se construyó el barrio. Y se sabe que ese tipo de olmo se convierte en un árbol peligroso a partir de los cuarenta años de vida.
Desde que entró en vigor el contrato integral de limpieza y mantenimiento de zonas verdes, el número de árboles talados o “apeados” ha bajado un 38 por ciento. Los datos sobre gestión arbórea mostrados por el PSOE esta mañana registran que en 2011 se talaron 4.585 árboles por secos y peligrosos; en 2012 4.092 y en 2013, cuando entra en vigor el contrato que rebaja el presupuesto, solo se talaron 1.651. “El propio delegado de Medio Ambiente reconoce que no existe un inventario de árboles o no está actualizado”, afirmó Lissavetzky.
