A plena tarde, el dependiente de una panadería en la calle Nueva Zelanda, atendía a su presunto atracador. Su mujer resultó afectada por los golpes que el agresor le propinó con la culata de la pistola. Eva, la hija, testigo presencial de lo ocurrido, defendió a su madre lanzándole al atacante una máquina de Coca Cola. Minutos después, se vieron forcejeando con el supuesto ladrón en mitad de un paso de cebra. El dueño, un hombre de 58 años, resultó herido de bala al recibir tres disparos en la rodilla derecha pero, finalmente, consiguieron apresarlo y reducirlo a golpes.
El agresor tiene 41 años y sufrió contusiones por todo el cuerpo al intentar huir. Fue trasladado al Hospital Puerta del Hierro con custodia policial. Los vecinos de la zo-na destacan la inseguridad del barrio, donde ya se han producido varios atracos.