“Con este tipo de actividades hacemos que ellos recuperen su autoestima, se valoren, sepan que sirven para algo”, empieza comentando Teófilo Buendía, presidente de
Coqueteando con la cultura
Según relata Teófilo con las clases de Arteterapia “se olvidan de su vida anterior y empiezan a coquetear con la cultura. Estos talleres son realmente una escuela de Bellas Artes. Lo que se transmite es que aquí no hay drogadictos sino artistas en potencia. Ellos mismos se quedan admirados con sus obras”. Cuando se le pregunta a Teófilo por alguna anécdota que haya vivido en sus clases lo tiene muy claro: “se trata de un sentir general. Cuando terminan sus obras no son capaces de quedarse con ellas, las regalan a sus familiares porque sienten la necesidad de pedir perdón a su entorno por todo el mal que les han podido hacer”. Una actitud de admirar que día a día y gracias a este tipo de iniciativas está consiguiendo sacar del agujero a mucha gente.