Las noches de ocio están cambiando para los jóvenes madrileños en general, y para los del distrito en particular. La crisis ha obligado a muchos de ellos a dejar de sa-lir para reunirse en sus casas -los que las tienen- o hacer ‘botellón’ en la calle, una práctica a la que cada vez se apuntan más personas, y ya no tan jóvenes. La picaresca juega un papel muy importante para encontrar sitios donde escaparse de las multas. De un tiempo a esta parte, uno de los lugares en los que se celebran estos ‘botellones’ son las estaciones de metro. Un hecho al que también han ayudado las bajas temperaturas.
A pesar de que en un principio las estaciones en las que sucedía eran las que se encontraban en las zonas clásicas de marcha de Madrid, esta práctica ha llegado también al distrito. Las escaleras de acceso a la calle del metro de Vinateros han aparecido recientemente con restos de ‘botellón’, latas, botellas, bolsas de hielo, comida… Los jóvenes van allí para no pasar frío y desde ese punto luego se mueven al centro. Este hecho causa importantes molestias entre los usuarios de este transporte, ya que esta práctica está acompañada generalmente de chillidos, música de los móviles a todo volumen o cigarrillos.
