La colocación de la terraza del bar Monasterio de Achel, en el número 31 de la calle Fuente Carrantona, lleva siendo un tema de discusión desde hace varios años. El dueño del bar, Rafael Pereira, tiene su licencia en orden para instalar la terraza de verano en una esquina comprendida entre las calles Fuente Carrantona y Pasaje de Cobeña, “a unos 50 metros del bar”, asegura. Sus problemas en los pies y las piernas le han llevado a querer cambiar la ubicación de la terraza para ponerla justo a la salida de su establecimiento. El problema está en que esa parte de acera pertenece a la comunidad de vecinos, y ellos aseguran que no quieren tener la terraza ahí porque los ruidos serían mayores. “Donde está ahora está bien. Más apartada de las casas y con árboles que amortiguan un poco el ruido”. Rafael asegura que su bar no es un sitio conflictivo que cierre tarde, o ponga música alta. “Yo cumplo con mi horario y sólo pido que me faciliten el poder hacer mi trabajo. Además, yo tengo más de cincuenta firmas de vecinos que sí están de acuerdo”. Rafael asegura que, si los vecinos no están conformes le dejen probar durante un tiempo y si ven que no cumple con las horas de cierre, los niveles de ruido, etc. la terraza vuelva a su lugar de origen. Además, Rafael ha señalado que cedería a la Comunidad los 1.200 euros que paga por la licencia al Ayuntamiento. Por otra parte indica que él, como todos los vecinos, también tiene derecho a utilizar esa acera ya que paga la comunidad como todo el mundo.
Los vecinos se niegan
El 15 de abril la comunidad de vecinos de esta parcela de Fuente Carrantona se reunió en la Junta General Extraordinaria. Uno de los temas a tratar fue si conceder o no la licencia para la terraza del bar porque consideran que es ahí donde se tiene que tomar el acuerdo. Por ello, se realizó la votación a mano alzada, resultando 7 votos a favor de conceder la licencia, 14 abstenciones y el resto de asistentes, unos 68, en contra. Por lo tanto y según el acta “se acuerda no conceder licencia de terraza al local del bar, en la zona en que la comunidad es propietaria”. Según los vecinos ellos no se niegan a la colocación de la terraza, pero en el sitio donde le ha concedido la licencia el Ayuntamiento “que está a pocos metros del bar”. Además, señalan que el cumplimiento de horarios no es del todo cierto “en verano cierra más tarde de la una y hace bastante ruido al recoger las sillas y mesas. Él tiene derecho a trabajar pero nosotros también tenemos derecho a dormir”.
