Tras el éxito de un Mad Cool 2016 arrollador, ya está todo listo para arrancar la edición del 2017 abandonando el mes de junio para instalarse plenamente en el verano festivalero: 6, 7 y 8 de julio son las fechas elegidas para volver a reventar la Caja Mágica de música sin dar fuelle.
Lógicas han sido todas las nominaciones recibidas tanto en los Premios Fest como en los Iberian Festival Awards o en los European Festival Awards -donde ya se han llevado el premio al mejor nuevo festival. Y es que resultaba increíble que una ciudad como Madrid no tuviese un festival de alto octanaje: un proyecto que pretendiera ser de continuidad y un referente, a pesar de su juventud, dentro de los festivales europeos. Conseguir en su primera edición, y con la enorme oferta que hay concentrada en apenas dos meses, incluso coincidiendo en fechas con otros grandes festivales, que en torno a un 20% del público sea de otras comunidades autónomas y que casi otro 20% provenga de fuera de España hasta sumar cuarenta nacionalidades, da muestra del enorme impacto económico que supone para la ciudad. No nos olvidemos de los más de cien mil asistentes sumando los tres días.
Para este 2017 se amplía a cuatro los escenarios exteriores, con sólo uno interior para bandas emergentes que ya acaban de terminar proceso de selección para meter cabeza. Un muy buen cambio pues el año pasado quedó evidente que los aforos se quedaron cortos bajo techo –yo mismo no pude entrar para ver a The Strypes. Diez serán los grupos que recibirán el espaldarazo de poder tocar en un festival de primera línea por votación popular y tras una selección previa hecha por un jurado especializado de doce profesionales como Javier Arnaiz (director del Mad Cool Festival), Arturo Paniagua (Los 40 Trending), Daniel Marín (Costello Club), Daniel López (Mondosonoro), Fernando Navarro (El País)… Diez emergentes con calidad asegurada pues se han presentado en torno a 600 bandas.
Por arriba, en las cabeceras, las dos primeras bandas confirmadas fueron Foo Fighters y Green Day, demostrando clara la idea de que hay que mantener el altísimo nivel del año pasado, que no es moco de pavo con un cartel que no dejaba tregua ni para comer enlazando conciertos imprescindibles.
El resultado de una gestión de altas miras es claro y con ocho meses de antelación ya estaban vendidas las primeras diez mil entradas –a día de hoy ya no quedan abonos VIP-; y es que hay que tener en cuenta la exclusividad de las dos bandas con concierto único en España y después de años sin tocar por estos lares. [continuará…]
