Después de una primavera-verano con 12 festivales a su espalda y "mucho trote" a su larga melena, Carlos Sadness inauguró el otoño madrileño con un concierto acústico en la terraza del Hotel Puerta de América, un encuentro íntimo con unos 50 seguidores y con unas vistas harto privilegiadas.
Antes del concierto, en el que brindó a un público entregado pero exigente muchas de sus canciones ukalele en mano, el cantante catalán tuvo a bien conceder a El Distrito una entrevista. Y tuvo la valentía de que una parte de la misma la grabáramos en Periscope, una aplicación que conoce pero que aún no utiliza mucho. Y todo, pese a las primeras dudas, sin sus famosas gafas de sol, esas que le han protegido durante tantos conciertos y festivales.
De hecho, días antes Carlos tuvo que necesitarlas, ya que tocó en Granada a las 5 de la tarde bajo un sol de justicia. Pese a haber dormido sólo dos horas aguantó gracias "a un bote de jalea" que le proporcionó un amigo. A parecida hora actujó en pleno junio en Les Arts, en Valencia.
"Hay veces que me he sentido adelantado de horario. Pero no pasa nada, porque por todo hay que pasar. He demostrado que podía mover una cantidad de gente como para corresponderme una hora más tarde. No tengo ningún complejo. Lo que me acomplejaría es que no viniera nadie a mis conciertos. Por eso esto contento", señaló con una mueca entre queja y agradecimiento.
Entiende que otros grupos, por su trayectoria y años, se han ganado tocar más de noche que de día aunque reconoce que le gustaría actuar un horario "más privilegiado" como así pasó en el festival Arenal Sound.
Pero Carlos Sadness tampoco es nuevo en la música. Con 28 años lleva 8 en este mundillo. Tras unos inicios con influencias raperas, abrazó el indie y el folk y alcanzó renombre en 2012 con su disco ‘Ciencias celeste’. Colaboró con varios artistas y arrancó su racha festivalera. Este mismo año, en febrero, publicó su segundo disco ‘La Idea Salvaje’, número uno en Fnac y en programas de descarga por Internet.
El cantante barcelonés reconoce que con el rap buscaba "escaparse de un canon a través de un estilo muy cómodo para contar historias". Pero fue con el indie donde encontró "un mundo con muchas más posibilidades" que cree "que no va a agotar nunca". "En el hip hop creo que sí que se agotan rápidamente, es algo más ceñido. Ahora mi libertad es infinitamente mayor", subraya.
‘Ideas salvajes’ es un disco conceptual que gira sobre la idea de un viaje espacial lleno de metáforas. "Es una forma de contar las cosas que pasan desde el punto de vista más personal y llevarlo a un escenario más fantástico, como en escenarios espaciales pero en el que se hablan de cosas más terrenales. A través de la metáfora del espacio y los planetas parece que embelleces y magnificas las cosas de una forma más poética", asegura.
Un disco divertido y con un rollo ‘happy flower’, epítetos que a Carlos no le hacen mucha gracia cuando los pronuncio. Él atribuye este ritmo a que han triunfado canciones como ‘Electricidad’ o ‘Bikini’ por la época calurosa en la que explotó el disco, pero matiza que "el disco tiene todos los colores" y me insta a descubrirlos. Asignatura pendiente para este otoño.
"Muchas de mis ideas me vienen en la ducha"
Pero, ¿dónde le llega a Carlos Sadnesss la inspiración?. "Parte un poco de mi vida. Al final tú estás viviendo una serie de circunstancias y su sensibilidad las recoge y las interpreta. A partir de ahí están en la cabeza y en una discusión o diálogo salen una frases que acaban convirtiéndolo en algo más grande e incorporándolos a las canciones", asevera.
Y no sólo en una discusión, sino revela que es en la ducha es cuando le llegan muchas de las ideas. Risas en ese momento de la entrevista. Y es que a escasos metros, aunque separados por varios cristales, dos personas se duchan antes de meterse a la piscina del maravilloso hotel. Yo le reconozco que mi inspiración reportera me llega en autobuses de larga distancia. "Es porque desconectas de lo que estás haciendo y llegas al punto del subconsciente, como en la siesta, pero la lógica encendida", me explica.
La gira de ‘Ideas Salvajes’ sigue, pero cuando afloje –que al paso que va dudo que suceda– promete tomarse un tiempo para componer nuevas canciones ("no habrá un año sin nuevas canciones"), volver a hacer ilustraciones, tocar en México y escribir un libro, del que no ha querido revelar más detalles.
"Desde que salió el disco no he tenido tiempo, pero tengo inquietud con la ilustración. Mi idea es volverme a meter en la ilustración, porque quiero hacer algo más serio en dibujos. Me gustaría hacer algo así como un libro", adelanta.
Madrid y Barcelona
El artista catalán volverá a Madrid el 16 de octubre a la sala Ochoymedio. Aunque siempre viene de paso, reconoce que tiene un buen recuerdo de la capital, sobre todo del ambiente "alternativo" que había hace años en Malasaña, un barrio que en su opinión "ahora es más hippy y perroflauta". También le gusta la Latina, "que tiene un rollo que no tiene Barcelona".
Sobre la situación política en Cataluña, Sadness apunta que en la ciudad condal "lo viven más ligeramente" pero desde fuera "parece que estemos en una guerra civil". "Allí es algo más natural y no me encuentro con gente que tenga una opinión radical con el Sí o el No (a la independencia). Luego pongo la tele y me encuentro opiniones muy radicales: el No es que eres un facha y el Sí que eres un separatista radical", esgrime.
Pero el cantante no rehúye el debate y se posiciona a favor del ‘derecho a decidir’ porque "estamos en una democracia". "Yo a veces he pensado una cosa y otras la contraria, pero siempre he tenido claro que el pueblo debe tener posibilidad de expresarse, y esa es la respuesta. La democracia debe ser el compromiso de dejar opinar a la gente", insiste.
De momento, ironiza que en las fiestas de la Mercè ha tocado en muchos sitios (Granada, Madrid, Donisti y Valencia) pero no en su tierra. Como si el "Barcelona te quiere, pero no tanto como yo; el día que estuviste triste la Rambla se congeló" de su canción Bikini o sus varias referencias al Tibidabo en su disco cayeran en saco roto. Pero es algo ilusorio: en agosto tocó en otra terraza en Barcelona y hace unos días en L’Hospitalet y todo lleno. Y volverá a llenar Madrid. No me cabe duda. Aquí le esperamos… porque hay unas cañas pendientes por la Latina.
ENTREVISTA A CARLOS SADNESS
